Capítulo 12. Grant

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Mamá está en el piso. Es lo primero que pienso cuando veo varios libros en el sofá de cuero y en la cocina. Es como si hubiese pasado un huracán de libros llamado «Maya Rogers».

Me acerco al sofá y agarro un libro abierto. «La clonación no es solo traer a la vida un ser por medio de las células madres del ser original, sino que también es un arte genético, un arte biológico que puede ayudar a millones de personas a seguir con vida...» aburrido.

—¿Mamá? —llamo.

Escucho pasos en la biblioteca que hace de oficina de mamá y luego ella aparece en el pasillo, cargando unos quince libros gruesos. Bueno, en realidad no los está cargando, ya que una tira de titanio los está sosteniendo todos juntos y levita al lado de mamá.

—Hola cariño, ¿cómo te fue en lo de Lya? —me pregunta, animada.

Desde que compartió conmigo el secreto de papá, ha estado más feliz, relajada y activa. Está siendo la mamá que tanto amo y admiro y en veces me da miedo.

—Bien. Voy a ir con los chicos a un club para despedirnos de Azari. Mañana se va —le aviso. Cierro el libro y veo la portada: «La clonación como un arte»—. ¿De qué va este libro?

—Una apuesta, reto, lo que sea —responde, caminando hacia la barra de desayuno y dejando la pila de libros en ella. Agarra el superior—. Sky apostó que yo podía leerme todos los libros de genética en mi piso y en el de Bruce, Itzel dijo que no, por lo que le voy a demostrar que sí puedo.

—¿Estás segura de que sí puedes?

—No es mi primer rodeo, hijo —responde.

Gimo ante su respuesta. El abuelo suele decirme eso cuando le hago una pregunta, sorprendido. «¿En serio mataste a tu hermano malvado?», «No es mi primer rodeo, hijo». «¿Puedes dirigir el helicarrier sin ver?», «No es mi primer rodeo, hijo». «¿Ya has evitado que Thor y Tony peleen a cabezazos?», «No es mi primer rodeo, hijo». «¿Mamá era así de chillona con papá?», «No es mi primer rodeo, hijo». «¿Ya sabes qué hacer si pierdes la visibilidad en el ojo bueno, abuelo?», «No es mi primer rodeo, hijo».

De tal palo, tal astilla.

—¿Ya lo habían dicho antes? —le pregunto. Mamá abre la boca, pero la detengo—. Y no me digas que «no es mi primer rodeo, hijo» o juro que gritaré.

Mamá se ríe. —No es mi primera vez, hijo —dice.

—Eres cruel.

—Ni tanto. No te he hecho spoilers de muchos libros —comenta.

—¿Para cuándo es la apuesta? —le pregunto, acercándome a la barra y viendo la portada del primer libro. «Los cromosomas y sus variables».

—Mañana en la noche. Tengo que leerme diez más para llegar al mínimo —responde, leyendo el libro.

—¿De cuánto es?

—Cien.

—Uuuuuoooohhh... No sabía que tus mejores amigas te odiaban tanto —digo.

Mamá se ríe. —Es su venganza por lo que les hice hace unos años.

—¿Qué cosa?

—A Itzel le rapé un lado de la cabeza. A Sky... ¿Qué fue lo que la molestó más...? —se detiene para pensar.

—¿Le vas hecho más cosas a Sky? —le pregunto, sorprendido.

—Bueno, sí. Desde que quemó mi trasero, me comencé a vengar. No recuerdo muy bien lo que le hice, pero fue lo suficientemente malo como para que se molestara conmigo —dice y se ríe. Niega con la cabeza—. Es tan divertido.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora