Capítulo 7. Brynjar

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—Trata de tenerle paciencia, Bryn —me dice Gail, trenzando mi cabello—. Sabes que Nay suele ser un poco impulsiva, y como que no estás en su lista de personas favoritas.

—No me digas, ¿en serio? Creí que me amaba de forma incondicional —ironizo. Gail me hala el cabello ante mi tono, sé que odia el sarcasmo, aunque ella lo use muy a diario.

—No seas un estúpido, ¿sí? Sabes a lo que me refiero. Y ha estado un poco estresada por lo de su vínculo extraño con Silver Surfer —dice.

Eso ya lo sabía. Hace una semana, Silver Surfer se presentó en Midgard, y después de una pequeña pelea en la que no me dejó ni defenderme, dijo que estaba vinculado con Naylee. Después de eso, a donde sea que ella fuera, él estaba con ella. Eso hizo que ella se estresara un poco más de lo que ya estaba estresada, y tuvo un pequeño ataque de ira en el que uno de los autos de SHIELD terminó destruido.

Justo ahora, ha de estar en su sesión de manejo de ira con Bruce Banner y Loki.

—Pidió a su padre que me quitara —digo después de un rato.

—¿Cómo?

—Le pidió a Steve que me quitara como su entrenador —digo. Me siento y veo a mi mejor amiga—. ¿Todavía dices que no me odia tanto?

Gail suspira. —Es mi mejor amiga, Brynjar, la conozco como la palma de mi mano. Está asustada por lo del vínculo. Me ha dicho que Silver le ha hablado por la mente, y que ha hecho cosas que nunca antes en su vida había hecho... Como ser tan rápida como Pietro o manipular cualquier cosa como Wanda. Ella solo controla el metal y oro, no otras cosas.

—Pero eso no significa que tenga que ser desagradable todo el tiempo. En especial conmigo. Ella me preocupa casi tanto como me preocupo por ti o Athos —digo.

Mi prima, Hela, entra en la sala de estar, vistiendo de forma normal, al menos para los midgardianos. Se sienta en el sofá individual y acomoda su cabello largo y negro sobre su hombro.

—Eso es algo de familia, Primo —dice ella—. Soy la mejor amiga de Grant, y recuerdo que él estaba igual o más estresado cuando teníamos la edad que Naylee tiene ahora. He notado que ante situaciones que los ponen incómodos, ambos se estresan y tienen pequeños ataques emocionales. Ella estará bien, no te lo tomes tan a pecho.

—Pero podemos hacer algo para que ella se sienta apoyada —dice Gail.

—Sería bueno que le den apoyo —dice Hela, asintiendo. Se pone de pie y su ropa pasa de unos vaqueros negros y blusa blanca a su elegante vestido de Reina de Hel. Su cetro aparece en su mano derecha, y su corona está en su cabeza—. Así se sentirá mucho mejor. 

—¿Qué propones, Brynjar? —pregunta Gail.

Lindo. Yo ni siquiera tuve la idea y ahora tengo que organizar todo...

—A ella le gusta mucho comer, podemos hacerle algo... Y también ayudarla con lo que tenga que hacer, no sé, ¿atender la librería? —digo.

—También pueden distraerla —dice mi prima—. Hacer una maratón de su programa favorito, ir al cine, al parque... Hacer alguna broma, saben cómo ama hacer bromas.

—Tengo prohibido hacer bromas —dice Gail.

Hela se ríe. —No me sorprende.

Golpea dos veces el suelo con su cetro y una nube espesa color negro azulado y verde comienza a rodearla. En cuestión de segundos, mi prima ha desaparecido.

—Ella está en la librería. ¿Vamos? —dice Gail.

—Vamos.

•••

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora