Capítulo 41. Grant

286 24 0
                                    

Wade Wilson Winston falleció el dos de septiembre. 

Hace más de cinco horas Wanda hizo a Maggie quedarse dormida, y llevo cuatro horas y media observando cómo duerme.

Me duele ver que aunque está dormida, tiene una clara expresión de desolación en su rostro. Me gustaría poder quitársela para siempre, hacer que su vida sea solamente de felicidad, pero no puedo hacerlo.

—Grant —dice mamá, desde la puerta. No la observo porque estoy enfocado en ver cómo las pestañas largas y espesas de Maggie se sacuden un poco—. Cariño, debes comer algo.

—No tengo hambre —digo en voz baja.

Mamá entra a mi habitación y se sienta a mi lado en la cama. Observa a Maggie por un largo rato antes de suspirar y mover sus ojos en mi dirección.

—Hemos enviado los ataques a Hydra como sugeriste —me avisa—. Ya destruyeron la base de Australia y la de Italia. Estamos en ventaja.

—¿Hay agentes heridos? —pregunto.

—Cortes superficiales y roces de bala —responde. Ve a Maggie y suspira—. No puedo creer lo mucho que le ha afectado.

—¿No pudieron hacer algo para traerlo de vuelta? —le pregunto.

Mamá suspira.

—Wanda hizo lo posible, pero no se pudo hacer nada. Lamento mucho todo esto. De haberlo sabido antes, hubiera hecho todo en mi poder para curarlo —dice.

—No sé cómo va a reaccionar en cuanto despierte —susurro y acaricio el cabello de la pelirroja.

—Mejor me voy a descansar. Esto de estar embarazada en medio de una guerra no es divertido —dice y bosteza dos veces seguidas. Se levanta y besa mi frente—. Trata de descansar tú también, amor.

Asiento y la escucho retirarse. Cierra la puerta con cuidado.

Decido obedecer a mamá y me separo un poco de Maggie para ir al baño a cambiarme para dormir. Cuando regreso, Maggie sigue dormida.

Me acuesto a su lado y la observo con atención. Sus pestañas largas y espesas acarician sus pómulos, y las pecas casi invisibles manchan parte de su nariz y mejillas; sus labios están entreabiertos, y su ceño está fruncido. 

Un sollozo sale de su pecho y abre sus ojos.

—¿Maggie? —pregunto, alarmado.

Mueve la cabeza para verme. Sus ojos nunca antes habían estado tan tristes como ahora. Ni cuando su hámster Toppi falleció hace tres años. Lo sé porque me invitaron al funeral. Ese fue un día triste.

—Falleció, ¿verdad? —pregunta con un hilo de voz.

La abrazo y beso su frente.

—Hicieron todo lo que pudieron —digo contra su cabello.

—Me siento tan cansada de todo esto... —susurra contra mi pecho—. Quisiera dejar todo atrás e irme lejos de todo el mundo.

—Te comprendo, yo también quisiera hacerlo.

—Estamos tan cerca de entrar a clases y no podemos enfocarnos en las cosas que queremos hacer porque debemos enfocarnos en salvar la Tierra de Hydra —solloza.

—Hablando de eso... No creo poder entrar este año a la Universidad —digo en voz baja.

Maggie se aparta un poco para verme a los ojos.

—¿Por qué?

—Quisiera estar con mamá para ayudarla en el embarazo. Y no me siento capaz de sentarme y estudiar cuando el planeta está en peligro —digo.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora