Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 5. Brynjar/Naylee

••Brynjar••

El hombre de plata se mantiene en el aire, observando a los Rogers con toda su atención. Lo que más me llama la atención es que parece que sus ojos se enfocan en Naylee -y solamente en ella.

¿Por qué observa tanto a Naylee si no la conoce? ¿O sí la conoce?

—¿Silver Surfer, dices? —pregunta Tony, acercándose. Cuando pasa a mi lado veo que sus brazos están cubiertos por los de su traje de titanio.

—Sí —habla el visitante, aparta la mirada de Naylee para ver a Tony—, y he venido a darles un mensaje.

—¿Cuál mensaje? —pregunta Maya, llamando la atención de Silver Surfer. La morena mantiene la mirada fija en él al igual que yo mantengo mi mano alrededor de la cintura de Naylee, quien parece estar ida viendo al hombre. Me acerco a ella y veo su mirada perdida y a la vez sorprendida.

—Su planeta está en peligro —habla él.

¿Por qué lo ve como si ya lo hubiera visto antes?

—¿Peligro? —repite Kahina. Está usando unas espadas de vibranio.

—Sí. Me gustaría discutir este tema con Maya, Steve, y Thor. A solas —dice.

—¿Por qué ellos? —pregunta Natasha con curiosidad.

—Porque recibí la orden de hablarle a ellos del peligro.

Cinco minutos después, todos los adultos han entrado al edificio y nos han dejado a Athos, Gail, Naylee y yo afuera (en realidad es porque hemos decidido quedarnos fuera).

—¿Qué cosa es? —pregunta Gail, rompiendo el silencio.

—Es un él. Lo llaman Silver Surfer y viene de Zenn-la, antes de ser un servidor de Galactus era astrónomo; supongo que sigue siéndolo —responde Naylee. Se libera de mi agarre de manera gentil y acomoda su blusa. 

Todos nos quedamos en silencio. En mi caso personal, la sorpresa ante su respuesta (y la sospecha de que ambos se conocen) hacen que frunza el ceño.

—¿Conoces a ese hombre? —pregunta Athos.

Naylee se queda en silencio. Aclara su garganta y se gira hacia nosotros con una gran sonrisa arrogante.

—¿Qué soy la única que investiga? —pregunta.

—No podrías investigar si no sabías quién es —dice Gail con lentitud.

—Igualmente me gusta investigar —dice y acomoda su cabello sobre su hombro.

Gail comparte una mirada conmigo antes de encogerse de hombros. —Me voy a la cafetería.

—Yo la acompaño —dice Athos y se va con mi amiga.

Naylee camina hacia la entrada del edificio. Suspiro y corro para alcanzarla.

—¿A dónde vas? —le pregunto.

—Buscaré una forma de escuchar la conversación —dice como si no fuera obvio. Entramos al edificio de nuevo, pero esta vez, ella se detiene de golpe—. ¿Escuchaste eso?

Agudizo mi oído.

—¿Además de los agentes? —pregunto.

—No. Hay algo más... —dice—. ¿Lo escuchaste?

—No.

—¿Cómo no puedes escucharlo si es tan claro? —pregunta, molesta.

—Pues ni tanto porque no lo escucho —digo a la defensiva.