Siberia. 7

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  Los Maximoff corren detrás de nosotros, cubriendo nuestras espaldas. Corremos por varios pasillos largos, bajamos escaleras y corremos de nuevo. Nos detenemos en una habitación alejada de todo el caos para que James recoja a Shwan y sigamos con la travesía. 

Abandonamos el edificio en el que estábamos y entramos a un anexo frío y húmedo con aspecto descuidado, lo reconozco como el lugar en el que estuve en mis primeras semanas de cautiverio. Mi estómago se revuelve al recordar lo que sufrí estando en esta zona, no es como si en la otra zona no hubiera sufrido, pero el inicio de mi calvario inició en este lugar. 

—Por aquí, por aquí —dice James, urgiéndonos a avanzar en silencio. 

Nos escondemos en un pasillo oscuro a tiempo. Unos robots armados pasan a toda velocidad por el pasillo principal. 

—Tenemos una explosión en el edificio principal —comunica una voz por una radio. 

—De prisa, la segunda distracción no tardará en llegar —susurra Shwan. 

Corremos de nuevo, agitados por el esfuerzo de correr sin descansar. 

—¿Cuánto falta? —pregunto, jadeando. 

—Poco, solo... 

—¡Alto ahí! —Grita una voz masculina. Nos detenemos en seco para ver a un agente delante de nosotros, apuntándonos con su arma—. ¿A dónde creen que van? 

—Hubo una explosión en el edificio central, me dieron la orden de reubicar a estos tres mutantes a la Zona X. El Dr. Shwan viene conmigo porque Maya está herida y necesita asistencia —miente James. 

—La Zona X fue destruida hace tres años, Soldado —dice el agente. 

James suspira y cuadra sus hombros. 

Un resplandor rojo pasa a mi lado, se mueve al frente y se mete en los ojos del hombre. Sigo el origen del color y veo cómo Wanda mueve sus dedos lentamente, controlando al hombre. 

—Baja el arma y llévanos a la salida secreta más cercana —ordena con firmeza. 

El agente baja el arma y se endereza. —Síganme —se gira y camina rápidamente hacia la dirección por la que íbamos. Entramos a un pasillo lleno de telas de araña y cucarachas—. Esta salida no se usa desde los noventas. 

—¿A qué zona lleva esta salida? —Pregunta James. 

—Al norte. Solo hay nieve y nadie se atreve a ir por ahí por el frío —responde el agente con calma. 

—Perfecto. Abre la puerta, agente —dice James. Wanda repite la orden y el sujeto se adelanta para abrir la puerta sellada—. Maya, espera. 

Me detengo y me giro para ver a James. El doctor Shwan saca algo de su abrigo. 

—Recuperé esto de la oficina de Ultrón —dice el anciano—. Esto venía contigo cuando te trajeron. Supongo que es una clase de localizador de Los Vengadores. 

Agarro el collar con la A y el botoncito de emergencia. Sonrío al verlo. Esta es mi oportunidad para salir de aquí. Me van a encontrar. 

—Es hora de que vayas a casa, Maya —dice James. 

—¿No vienen conmigo? —Pregunto, confundida. 

—¡La puerta se abrió! —Avisa Pietro. Dos segundos después, una ráfaga de aire helado me sacude el cabello. 

—Iremos por otra ruta de escape, no podemos arriesgarnos a huir todos juntos —explica James. Agarra mis manos frías—. Te encontraré. 

—Pero... 

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora