Capítulo 37. Maya.

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Ver a Itzel de nuevo me alegra. Ver a un chico de quince años que se hace llamar el Hombre Araña me confunde. Es como si el mundo girara de forma inversa y todo se esté volviendo loco.

—¿De qué crees que hablen tanto? —me pregunta Itzel en un susurro. Vemos a papá, Steve, Maria y Peter Parker hablar entre ellos y en voz baja en la recepción mientras nosotras estamos cerca del ascensor.

—No tengo ni idea. Tal vez estén planeando un exterminio de arañas. Peter puede hablarles y ellas le obedecen —respondo.

Mi mejor amiga me vuelve a ver y arruga la nariz. —Eres pésima contando chistes, amiga. Mejor quédate como heroína.

Pongo los ojos en blanco y pongo mi peso en mi pierna derecha. —¿Por qué tardan tanto...?

—¡Oh, ya sé! Tal vez estén planeando algo genial para tu boda —sugiere y mueve sus cejas cómicamente.

Me río y niego con la cabeza. —No lo creo. De todos modos —me fijo en el reloj de pared cerca de nosotras y suspiro—. Ya es la hora del almuerzo y tengo hambre. Hora de ir arriba. Ya vengo —le digo y camino hacia el grupo de secretos.

Steve se gira para ver quién se acerca sigilosamente y se aparta del grupo para encontrarme. Me da una sonrisa suave y acaricia mis brazos. —¿Pasa algo, amor? —me pregunta.

—Eso mismo me pregunto. ¿Por qué nos apartaron a Itzel y a mí? —le pregunto en voz baja.

—En realidad, la idea era solo apartar a Itzel, pero para no ser groseros, también te apartamos a ti —me dice y sonríe.

Arqueo una ceja. —Eso es grosero.

—Te lo diré todo en cuanto estemos los dos solos —me promete. Entrecierro mis ojos y salto un poco, rodeando su cuello con mis brazos, sus manos van de inmediato a la cintura.

—Está bien. Voy a almorzar algo con Itzel —le aviso.

—¿Llevas dinero? Porque puedo invitarlas a algo sin ir —propone.

—Tenía planeado presentarle a los chicos —digo—. Saldremos después, tenemos días.

Steve sonríe y se acerca a mis labios. —Está bien, sé buena.

—Siempre —susurro y beso sus labios suavemente, disfrutando la suavidad en ellos y lo bien que se sienten entrelazados a los míos.

Me separo lentamente y aparto un mechón de cabello de su frente. —Te amo —me dice.

Sonrío, nunca me cansaré de escucharlo decir esas dos hermosas palabras.

—Y yo a ti.

Lo suelto y regreso junto a Itzel, quien está sonriendo emocionada. Me agarra del brazo y lo entrelaza con el mío mientras llamo al ascensor.

—Ustedes dos son la pareja más deliciosamente tierna y perfecta que he llegado a ver en toda mi vida. Steve te veía como si fueras una clase de ángel, es tan romántico... —dice y suspira sonoramente.

Me río y veo sobre mi hombro a Steve, quien se ha incorporado al grupo pero viendo en mi dirección; sonrío al ver que me ve y me sonríe.

—¿Qué haces aquí, de todos modos? —le pregunto amablemente mientras entramos al ascensor.

—Tu papá me llamó. Me dijo que necesitaba que viniera porque estabas un poco mal emocionalmente. Obviamente se refería a su otra hija Maya, porque tú estás más feliz que una lombriz —ironiza y me codea suavemente—. ¿Cómo fue la propuesta?

—Hermosa. Steve me preparó una cena romántica y después de dejar los platos se fue como por cinco minutos, y justo cuando estaba a punto de levantarme a ver si seguía vivo, él apareció detrás mío y me dijo cosas muy románticas, me pidió matrimonio y acepté —le resumo y miro embobada el anillo.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora