Pasan dos días de relativa tranquilidad. Días en los que Steve se dedicó a llenar sus riñones de café y pasearse como un león encerrado y nervioso. Me incomodaba demasiado verlo tan inquieto, y sé que parte de su inquietud fue causada por la pregunta que les hice a ellos antes de que Nat y Bucky se fueran. Les expuse un temor que me había aparecido en el lugar, en el momento, y eso ha hecho que mi esposo esté más impaciente de lo normal.
—¿Podrías quedarte quieto? Me incómoda verte caminando por toda la sala —le digo, frustrada de verlo tan frustrado.
Steve se detiene, suspira y acepta sentarse a mi lado. Apoya su cabeza en mi hombro y se mueve para acomodarse bien, pero no logra ponerse cómodo. Termina poniendo su cabeza sobre mis muslos y viéndome desde abajo.
—Tienes un moco en la nariz —me dice seriamente.
Un poco (demasiado) avergonzada, llevo mi mano a mi nariz para que él no vea. —No es verdad.
—Sí, lo es. Es verde y grande. ¿Cómo le haces para respirar con ese moco tan grande...? —pregunta.
—¡Steve! ¡Ya basta! Es vergonzoso —me quejo.
Steve hace lo impensable: se pone a reír. Se ríe tanto que termina rojo y llorando de la risa. Aunque sea a costa mía, me alegra que esté riéndose.
Lleva su mano a la mía y la aparta de mi cara. —Es bastante grande.
—¿Es eso una broma, Sr. Rogers? —digo, frunciendo el ceño.
—Lo siento, no pude evitarlo —se disculpa.
Sonrío y beso su frente y seco las lágrimas de risa en su rostro perfecto.
—Me gusta verte reír —le digo.
Los ojos azules de Steve brillan justo como lo hacían antes de este desastre.
—¿Aunque sea por tu vanidad?
—Hey, no soy vanidosa —me defiendo.
Steve arquea una ceja. —Mentir es malo, amor.
—Que no soy vanidosa, Steven. No molestes con eso, señor debo-ir-al-gimnasio-para-mantener-mi-perfecto-cuerpo-americano —le digo.
—Ese es un nombre demasiado largo.
Me río y veo cómo lleva mi mano a sus labios y la besa con dulzura. Por un momento, pienso que podemos quedarnos en paz por dos días más. Pienso que podemos estar lejos de el mundo de los héroes y villanos; hasta que el celular de Steve comienza a sonar, él lo contesta y el ceño en su frente hace que mi ilusión se vaya al infierno.
—¿Qué pasa? —pregunto lentamente.
Steve se sienta con un gruñido y se pone de pie. —Nick nos convoca a la Torre.
Llegamos al lugar en treinta minutos de viaje rápido. Steve había conducido como si nos hubieran estado siguiendo.
Subimos por el ascensor en cuestión de cinco minutos, y entramos en la sala de reuniones sin previo aviso. Solamente están los primeros Vengadores, exceptuando a Thor, quien está ausente.
—¿Para qué nos llamaste? —dice Steve como saludo.
Papá nos vuelve a ver con su ojo bueno. Se ve tenso y más cansado que cuando yo tenía cinco años y pensé que sería divertido ir corriendo por todos lados y causar desastres.
—¿Por qué no toman asiento? —nos pregunta.
—Ya estuvimos mucho rato sentados, papá —le digo poniéndome al lado de mi esposo. Nos mantenemos cerca de la puerta de salida.
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Fury Avenger (Trilogía completa)
FanfictionPrimer libro Trilogía Avengers. Después de los sucesos que golpearon a la organización de héroes, S.H.I.E.L.D, Nick Fury lo último que desea es poner en riesgo más vidas -incluyendo la suya propia. Está cansado del mal que acecha al mundo, y desde...