Siberia. 1

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Mi boca sabe a sangre. Tengo sangre en el interior de mi boca, y sé que tengo más en todo el cuerpo y mi cara. Mi cara duele. Siento como si me hubieran pegado con fuerza, con la suficiente como para hacerme caer de cara en un suelo lleno de cristales rotos.

Esto no es bueno.

Aparte del dolor y la sangre, siento que algo anda muy mal en mi interior. Es algo tan malo que hace que abra mis ojos con lentitud y considere ver el techo manchado por el resto de mi miserable y confusa vida, pero decido hacer algo por mí misma y reviso a tientas mi abdomen. La herida que me habían cerrado se ha abierto de nuevo, y estoy sangrando.

Jadeo y veo la sangre en mi mano llena de cortes y sangre seca. Un nudo se forma en mi garganta y siento la bilis subir por mi esófago. El sabor amargo solo hace que mi estómago se revuelva aún más.

¿Dónde estoy?

Dejo caer mi mano y dejo que la sorpresa se apodere de mí, pero esta nunca llega. Simplemente me quedo sin reacción alguna. Siento que me he drenado un poco, que algo va mal dentro de mí.

El dolor en mi abdomen se hace real, al igual que el dolor en mi sien izquierda y en mi brazo izquierdo. No siento mis piernas.

No siento nada debajo de mi cintura.

La puerta de la habitación en la que estoy es abierta por una persona que desconozco. Es un hombre alto, delgado, calvo y con lentes que lo hacen ver como un nerd completo. Tiene un botiquín de primeros auxilios en su mano, y un bastón en la otra, dándole apoyo. Podría saltar y atacarlo para poder huir, pero estoy tan débil que no puedo ni mover la cabeza.

El hombre que parece ser un doctor cierra la puerta después de decir algo al pasillo en el exterior. Se gira hacia mí y camina a paso lento y extraño hacia mí. Aunque la habitación está en penumbras, puedo ver que él tiene un problema en su pierna derecha, incluso está un poco deforme...

—Veo que ya ha despertado, señorita Fury —dice en cuanto me ve con los ojos bien abiertos. Mi garganta está asquerosamente seca, ni siquiera puedo hablar—. Me han dicho que está gravemente herida, la han dejado aquí hace menos de diez minutos, y en mi condición me tomó quince en poder llegar hasta acá. Lamento mucho haberme tardado tanto en su condición tan crítica...

Deja el botiquín a mis pies y alcanza una silla, la arrastra hasta llegar a mi cintura y se sienta en ella con un suspiro cansado.

—Lo siento, se supone que debo lucir sano y robusto, pero no puedo hacerlo en este momento, señorita Fury —se disculpa y saca un pañuelo para secar su frente húmeda—. Está muy oscuro, voy a encender la luz para comenzar la curación. Cuide los ojos...

La luz se enciende después de su advertencia. Cierro mis ojos ante el choque de luz y muevo la cabeza a un lado. Abro mis ojos para que se acostumbren a la claridad y veo bien al hombre. No calculé mal, se ve mayor, como de unos setenta años, y no se ve sano. Me da pena que esté aquí, aunque bien podría ser la mente maestra detrás de toda esta mierda.

—Soy el Dr. Shwan. Voy a ayudarla con su recuperación mientras está aquí...

—¿Dónde... estoy? —Logro balbucear.

El doctor me ve con tristeza. —Estás en Siberia. En el infierno frío. El lugar en el que muchos entran y ninguno sale. Te lo digo por experiencia propia —dice esto último y toca su pierna derecha.

—¿Sabe por qué estoy aquí?

Shwan suspira y me vuelve a ver. —No para socializar, pequeña. Voy a revisar esa herida que tienes ahí, ¿bien? La limpiaré y luego la voy a cerrar, ¿entendido?

Asiento y observo con atención los movimientos del doctor. Puede que se vea viejo y cansado, pero sigue siendo hombre y tiene más fuerza que yo. O al menos pudo llegar a tenerla, ya que en serio se ve viejo y lastimado. Me pregunto qué es lo que ha hecho que se quede aquí en vez de buscar una forma de irse. ¿Será que es el padre o abuelo del que me secuestró?

Siento tanto dolor que no me inmuto de que el doctor me está limpiando la herida ni que la cierra sin anestesia.

—Parece que tienes el brazo izquierdo dislocado -dice mientras limpia sus manos con una toalla antiséptica—. Voy a arreglarlo, ¿bien?

Lo observo sin expresión alguna. Se mueve para estar a mi lado, pone una mano en mi muñeca y la otra en mi brazo.

—Esto puede que te duela un poco, niña.

Y me duele, mucho. Tanto que grito con fuerza y dolor mientras lloro por el choque que siento. Es como si me hubieran quemado el hueso. Lo bueno es que el dolor desaparece una vez acomodado el hueso. Lo malo es que sigo llorando.

—Sé que esto es muy malo, señorita Fury —me dice el doctor—, y no sabe lo mucho que lamento que una joven con un futuro tan prometedor como el suyo esté aquí como víctima...

—Entonces déjeme ir. Déjeme ir y deje de lamentar que esté aquí —interrumpo.

—No depende de mí, Maya —dice y acomoda mi brazo en un cabestrillo negro.

—¿De quién depende, entonces?

—De usted —responde cuando finaliza y recoge sus cosas con rapidez—. De usted depende todo esto. Señorita Fury, solo usted puede salvarse a usted misma, debe de mantenerse viva para poder huir.

—¿Qué me recomienda hacer, Dr. Shwan?

—Seguir el juego, y luego hacerlos jugar.

Con esto, el viejo se retira a paso lento pero de alguna forma rápida, dejándome sola, asustada y confundida.

Hay una letra en la parte central de la puerta. Me muevo con dificultad hasta que logro estar sentada en la cama en una posición en la que podré ver la letra. Mi mundo cae al ver y reconocer esa letra.

Es una S, del mismo tipo de letra empleada para reconocer a la Industria Stark.

Y solo puedo pensar en un villano que podría secuestrarme para perjudicar a Tony y a los Vengadores... Ultrón.

He sido secuestrada por Ultrón.

«»«»«»

Material extra.

¡Que comience el juego! A un lado tenemos la confusión de esta situación, al otro tenemos los sentimientos que pronto van a encontrar... Y más allá está lo mucho que me van a odiar en un momento dado de este material exclusivo para ustedes.

Si lo vemos por el lado positivo, van a ver cómo fue que la relación fugaz entre Maya y Pietro se hizo... En especial porque noté que varias de ustedes querían que Pietro y Maya fueran una realidad. En estas entregas, ellos serán una realidad... aunque no por mucho. Muajajajajajaja.

¡Gracias por leer, humanas!

CaptainFuller.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora