Fury Avenger (Trilogía completa)

Capítulo 17. Steve.

El infierno se desató entre los Vengadores.

Cuando Stark y yo regresamos a la Torre –después de dejar a Virginia cuidando a Maya– nos encontramos a un Nick inconsciente en el suelo justo donde lo dejamos, a una Hill molesta y a una Natasha molesta, confundida y asustada por la desaparición de su protegida. Todos hablaban entre todos, incluso los Maximoff estaban discutiendo sobre lo sucedido.

—Segunda vez en el día en el que hacen una fiesta y no me invitan. ¿Qué es lo que está sucediendo con ustedes? —Dice Tony, caminando hacia el bar.

Todos hacen silencio. Natasha corre hacia mí, nerviosa. —Steve. Algo terrible ha pasado, se han llevado a Maya y no sé en dónde está...

—Ella está bien. —Le digo con suavidad. Me aparto y camino hacia el mini bar. Tony, quien al parecer ahora es mi amigo del día, me pasa un vaso con dos dedos de whisky.

—¿Cómo que...? ¿Tú te la llevaste? —Pregunta Hill, sorprendida.

—Nos la llevamos —interfiere Tony—. La pequeña corre peligro aquí, es todo lo que diremos.

Guardo silencio y Nat se acerca.

—¿Steve?

—No. Ahora no, Nat. —Respondo suavemente. Ella asiente y se aleja, viendo a Clint y Bruce levantar a Nick y acostarlo en el sofá largo.

Llevo el vaso de cristal a mis labios e inclino mi cabeza hacia atrás. El líquido ambarino quema mi boca y garganta conforme baja hasta mi estómago. Hago una mueca por el escozor y aclaro mi garganta. Dejo el cristal en la barra y veo cómo Tony se sirve su segunda ronda.

—¿Cómo puedes tomar más? Es como tomar ácido —digo.

El multimillonario le da un trago a su bebida y mantiene el vaso en su mano derecha mientras me habla. —Antes de que Pepper interfiriera, esto —hace un gesto con la mano, señalando alrededor— era todo lo que tenía junto con el licor. Dejé de beber en cuanto Pepper dejó de hablarme por dos días enteros, pero supongo que algunos gustos permanecen. Me llené de whisky cuando pasó lo de Nueva York. Luego con lo de Ultrón. Ahora planeo hacerlo por lo de Maya. —Me cuenta en voz baja.

Lo observo por un momento, tratando de ver la broma en su expresión sombría. Pero no la encuentro. —En serio te importa Maya —susurro, incrédulo.

—No porque tenga dinero voy a derrocharlo en alguien que no me importe.

—Tú le compraste el celular...

Tony asiente y le da un último sorbo a su vaso. Frunce el ceño y lo aparta. —No más alcohol. Los dos vasos han sido consumidos.

Entonces Maya me mintió. Supongo que ese es el gesto de los Fury.

→

Pasaron dos horas para que Nick se despertara.

Dos horas en las que tomé mi decisión. Dos horas en las que observé a los que han sido mis mejores y únicos amigos todo este tiempo mientras aligeraban el ambiente entre chistes malos que no comprendí.

Nick parpadea pesadamente, y evita deliberadamente verme al igual que a Tony y Maria. Clint cuenta un chiste de un tal Bob Esponja convertido en monja y todos se ríen fuertemente, incluso Thor. Sonrío débilmente y me inclino hacia adelante, luego hacia atrás y por fin, me levanto.

—Chicos y chicas —anuncio, hablando sobre sus risas.

—Ah, ¿no te causó gracia el chiste? ¡Pero si es súper divertido! —Exclama Wanda, limpiando sus mejillas llenas de lágrimas de risa.