Capítulo 24. Steve/Maya.

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Corro rápidamente hacia el helicóptero y entro en el mientras Maria comienza a elevarlo. Cierro la puerta. —¡Avanza!

Ella toma vuelo rápidamente y pilotea a toda velocidad.

No puede ser posible que le hayan disparado. Ella... No puede estar herida de nuevo. No puede estar herida...

Necesito que esté bien. No puedo perderla...  

Tengo que evitar saltar fuera del helicóptero en cuanto veo la Torre cerca. Sin embargo, salto cuando el helicóptero está a unos cinco metros de altura.

—¡Steve! —Hill grita.

Aterrizo, me enderezo y comienzo a correr hacia la entrada de la sala del último piso. Saco mi celular y marco el número de Natasha. Me responde al tercer timbre.

—¿Dónde está ella? —pregunto.

En la enfermería —me responde. Finalizo la llamada y corro escaleras abajo, con la desesperación haciéndome creer lo peor.

¿Qué pasa si la han herido gravemente? ¿Estará viva? ¿Estará muerta? ¿Qué haré si ella está muerta? Tardé años en recuperarme por lo de Peggy, no creo poder hacerlo si Maya muere. Es mi novia, es la mujer con la que amaría pasar el resto de mi vida. 

Si Maya muere...

Llego al piso veinticinco con más rapidez de la esperada. Estoy completamente desesperado y necesito saber si ella está bien. La adrenalina combinada con el terror hace que uno sea diez veces más rápido de lo normal.

La enfermería es un caos.

Nick grita órdenes, Nat está gritándole a Nick para que deje de gritar órdenes; Clint habla molesto con Sam, Thor le grita a Sam, Sam le grita a ambos y señala algo que no logro ver; Tony y Bruce están hablando entre ellos; Pietro habla molesto con su hermana, y Wanda me ve con atención.

No veo a Maya en ninguna parte.

—¿Dónde está Maya? —pregunto en un grito.

Todos se callan por un momento. Thor es el que responde.

—En la habitación privada. ¿Dónde–?

No escucho el resto. Simplemente corro a la habitación y abro la puerta, la cierro detrás de mi al entrar y busco a Maya con la mirada y respirando con dificultad.

—¿Nat? —pregunta Maya desde el baño, con la puerta cerrada.

Me acerco a la puerta rápidamente. —No, soy yo. Steve.

—¿Steve?

—Sí. Soy yo. ¿Estás bien?

Hace una pausa lo suficientemente larga como para hacer que golpee ligeramente la puerta.

—Estoy bien. Yo... Uh... Mi blusa se llenó de sangre y tiene un corte profundo en el abdomen. ¿Podrías, uh...? ¿Podrías traerme algo que ponerme?

Sin dudar, me quito de un golpe el gorro y luego me quito mi sudadera sin cremallera. —Ya te tengo algo.

El seguro de la puerta se quita y esta se abre lentamente, la mano de Maya sale y me arrebata la sudadera, la puerta se cierra con seguro de nuevo y a los quince segundos se abre lentamente.

Maya sale con la cabeza baja y el cabello atado en un moño flojo. Sus hombros están caídos y puedo notar que está desanimada y a la vez sorprendida.

—¿Estás...? ¿Estás bien? —Pregunto, extendiendo mis manos y tocando sus hombros.

Maya se detiene frente a mi pecho y su frente roza mi barbilla. Trato de tocarla, pero ella retrocede. Levanta un poco la sudadera, mostrando su abdomen plano, hasta su última costilla. La piel está limpia, sin una sola marca.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora