Capítulo 25. Grant

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Aprieto mis manos en puños cerrados y apresuro el paso, furioso. Luego regreso y veo sin poder creerlo. Me giro y camino, me regreso y repito lo mismo que he hecho desde hace más de cinco minutos.

Lya aceptó que Loki leyera sus pensamientos. ¿Con qué propósito?, ni idea. Lo único que sé es que estoy furioso y que quiero arrancarle la cabeza al pelinegro, y gritarle a Lya.

¿Cómo pudo ser tan tonta para aceptar?

—Le vas a hacer un hueco al suelo, Rogers —dice Kahina, aburrida de verme dar vueltas.

—Mil disculpas, Princesa —inicio con sarcasmo—, pero no todos somos tan fríos como tú.

Ella se queda en silencio y me fulmina con la mirada.

—¿Podrían dejar de discutir? —pide Drew, molesto.

Vuelvo a ver a mi novia y cierro mis manos en puños. —¿Por qué aceptaste? —le pregunto.

—Para que ayudara —dice ella.

Niego con la cabeza. —Esto es lo más estúpido que has hecho alguna vez —le digo, sin importarme si mis palabras la hieren o no.

—No es como si hicieras mucho para ayudar —espeta.

—¡No pongo mi trasero en peligro! ¡No me ofrezco como marioneta del dios del engaño! —le digo, molesto. Extiendo mis brazos y los dejo caer, mis manos golpean mis muslos—. Acabas de ponerte en peligro.

—No es para tanto —dice ella, molesta.

—¿Que no es para tanto? —cuestiono—. ¿No has visto lo malvado que es Loki? ¿Que nunca viste las noticias?

—La verdad es que no me interesa —dice.

—Como siempre. A ti nada te interesa —le gruño.

Veo la sorpresa en sus ojos y arruga sus labios.

—Eres un imbécil.

—Al menos no le doy mi cerebro a un enemigo —ataco.

—No lo haces porque eres un cobarde.

—No lo hago porque soy inteligente.

Nos quedamos en silencio, en una guerra de miradas, hasta que Kahina habla.

—Discutir no solucionará el problema —dice en voz suave y firme. Respiro con fuerza y la vuelvo a ver—. Lya le dijo a Loki que iba a dejar que leyera sus pensamientos, ahora la cosa aquí es hacer que él vea solo lo que nos conviene que vea.

Bufo y niego con la cabeza. —No sabía que estabas en drogas, Princesa —digo.

Se queda callada y comparte una mirada con Drew, quien está furioso pero no le dice nada a Lya.

—Hay un brujo... —dice la africana—, que dicen puede meterse en tu mente y hacer una ilusión para que solo se sepa lo conveniente, o algo así escuché decir.

—Estamos en Nueva York, la mayoría de los que se llaman brujos son solo actores fracasados —espeto. 

—Este es un brujo de verdad —asegura—. Solo tenemos que llamar a Peter para que nos ayude en contactarlo.

—¿Por qué Peter? —pregunta Drew.

—Porque Peter es que el que más lo conoce —dice Kahina.

Nos quedamos en silencio, observando a la chica llamar por teléfono a Peter Parker y pedirle que llegue al Nido de Drew. Cuando termina la llamada, todos nos quedamos en silencio.

—¿Va a funcionar? —pregunta Drew, nervioso.

Se encoge de hombros. —Veremos qué pasa.

Quince minutos después, Peter entra en la oficina usando una ropa semi-formal y una sonrisa curiosa y confundida.

Fury Avenger (Trilogía completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora