La pequeña Isabella caminaba por los terrenos extensos del jardín de la Mansión Malfoy buscando a Draco ya que estaban jugando al escondite, la niña caminaba con cuidado de no ensuciarse su vestido de terciopelo verde con lunares dorados.
Sus pasos eran tan pequeños para aquella mansión en la que se pasaba la mayor parte de tiempo mientras su padre era profesor en una escuela de magia.El jardín era tan grande y hermoso, era realmente un paraíso. Se veía tan lleno de vida y era el lugar favorito de Isabella en la mansión de sus padrinos.
Tenía un sendero angosto, flanqueado a la izquierda por setos pulcramente recortados y a la derecha por matorrales salvajes de corto crecimiento, desembocaba en un amplio camino que estaba cortado por un par de impresionantes verjas de hierro forjado que marcaban los límites de los terrenos de la mansión.
Dentro de los terrenos, había una variedad de arbustos y pavos reales albinos que rondaban por todo el lugar. Detrás de unos setos, se encontraba una fuente, y un camino recto de grava llevaba desde la verja hasta la puerta de la mansión, que estaba elevada del suelo por unas amplias escaleras de piedra.
Estaba tan lleno de plantas y esculturas que era muy fácil esconderse en cualquier parte.
Pero eso no detuvo a Isabella, quien rápidamente encontró a Draco escondido detrás de un gran y lejano arbusto.
— ¡Te encontré! —le sonreía Isabella.
— ¿Por qué siempre me encuentras tan rápido? —se quejó Draco frunciendo el entrecejo.
— Yo me pregunto porque tú tardas horas en encontrarme en tu propia casa —rió Isabella.— ¡Escóndete y verás! —le dijo Draco con una sonrisa desafiante.
— Aquí vamos... Nos vemos en una hora —le dijo Isabella alejándose entre risitas.
— ¡Te encontraré! —aseguraba Draco.
— ¡Solo empieza a contar, Draco! —le gritó Isabella desde más lejos.
— Uno, dos, tres… —empezó a contar Draco, pero trató de hacer trampa siguiendo a Isabella con la mirada—, cuatro, cinco…
— ¡No seas tramposo! —lo regañó Isabella cuando se dio cuenta.
Draco rodó los ojos mientras se reía y siguió contando con los ojos tapados.
Mientras tanto, Isabella buscaba dónde ocultarse. Caminaba frente a la fuente detrás de los setos, escuchando el suave sonido del agua. Se acercó a una de las esculturas del lugar para esconderse detrás. Se sentó y apoyó su cabeza en la escultura, que a una niña de su edad podría asustar, pero Isabella estaba tan acostumbrada a las esculturas de su padrino que no sentía temor. Para ella, esa escultura no era más que la figura de un mago con una gran capa.
Después de terminar de contar, Draco comenzó a buscar a Isabella, decidido a encontrarla rápidamente esta vez. Sin embargo, los minutos pasaban y no lograba dar con ella. Por un momento, se sintió frustrado por tener un jardín tan grande.
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Siempre estaré contigo • Draco Malfoy
Fanfiction❝Te juro que te amaré por siempre❞ Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...