Capítulo 113 • Reunión de mortífagos

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Isabella se sentía incómoda sentada ahí, ella estaba en medio de Draco y Narcissa. El estudio estaba lleno de gente silenciosa, sentada a lo largo de una mesa ornamentada. La iluminación provenía de un rugiente fuego bajo una hermosa chimenea de mármol trasmontada por una ventana dorada.

Una figura humana aparentemente inconsciente colgaba bocabajo sobre la mesa, revolviéndose lentamente como suspendida por una cuerda invisible. Reflejada en el espejo de la desnuda y pulida superficie de la mesa de abajo. Ninguna de las personas sentadas bajo esta singular visión estaba mirándola excepto por Isabella y Draco, ya que estaban sentados casi directamente bajo ella. Parecían incapaces de evitar mirar hacia arriba a cada minuto ya que la conocían, era una profesora.

Fue entonces cuando ellos intercambiaron miradas.

• ¿Ya viste? Es la profesora de ciencias muggles —le dijo Draco.

• Lo más seguro es que va a asesinarla —afirmó Isabella.

Draco por debajo de la mesa buscó la mano de Isabella y la entrelazó con la suya.

De repente, Voldemort ingreso al estudio junto a su fiel serpiente Nagini. Todos los presentes le prestaban toda su atención y sus respetos. Isabella lo miraba con seriedad. No temía verlo. Sin embargo, solo era prudente por sus seres queridos. Así que bajo la mirada.

— Me complace tenerlos aquí reunidos. Deben sentirse afortunados porque no todos mis seguidores tienen este gran honor —dijo Voldemort, mientras se sentaba— Solo falta una persona y entonces podremos comenzar. ¿Dónde está tu padre, Isabella?

— Llegará en seguida, mi señor.

Voldemort pareció complacido con la respuesta de Isabella por lo que no dijo nada más. Su cara brillaba a través de las sombras, sin pelo, con aspecto de serpiente y con rajas por nariz. Estaba tan pálido que parecía emitir un brillo perlado. 

Draco se había aferrado con más fuerza a la mano de Isabella en el momento que Voldemort le había hablado.

En ese instante llegó Severus. No miró a Isabella, firme en su idea de hacerle pensar al Señor Tenebroso que no le importaba su hija. Aunque por dentro, temblaba ante el solo pensamiento de que pudiera pasarle algo.

— Severus, empezaba a temer que te hubieras extraviado. Ven, te reservamos un lugar —dijo Voldemort, señalando un asiento a su izquierda junto a Dolohov.

La mayoría de los ojos alrededor de la mesa siguieron a Severus mientras ocupaba sus lugar asignado, hasta que Voldemort habló:

— Tienes noticias, supongo.

— Sucederá el próximo sábado, al anochecer —le dijo Severus.

El interés alrededor de la mesa se agudizó palpablemente. Algunos se tensaron, otros se inquietaron. Mientras todos miraban fijamente a Snape y Voldemort.

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora