Capítulo 109 • Haría todo por ti

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Draco había llevado a Isabella a la Mansión Smith, sabía que ahí estarían mucho más seguros. No confiaba en nadie de los que estaban en su propia mansión, solo en su madre. Sabían que tendrían que volver a la Mansión Malfoy pronto. Pero por el momento, lo mejor era estar en la mansión que fue de la madre de Isabella. Era el lugar más seguro ya que su ubicación además de Severus, solo la conocían los Malfoy. Aunque eso era lo que pensaban, pero alguien más la conocía porque hubo un asesinato ahí. 

Aunque intentaron dormir, no pudieron y prefirieron quedarse en la sala. Ahora estaban más tranquilos después de haber vivido una terrible noche. Por lo que conversaban juntos en el sofá, Isabella tenía a Draco recostado en sus rodillas mientras le acariciaba su lacio y rubio cabello. Esperando a que llegara Severus con noticias. Aún no tenían ánimos de escribirle a nadie.

— Fue terrible la manera en que Bellatrix destruyó nuestra escuela. Aunque no lo hayamos hecho nosotros, somos parte de esto —mencionaba Draco.

— No somos parte y nunca seremos parte. Solamente estamos en su bando para que Voldemort no mate a nuestros padres. Ni a nosotros —decía Isabella.

— Tienes razón —admitió Draco.

— Lo sé, vi como bajaste tu varita cuando el profesor Dumbledore ofrecia proteger a tus padres —le dijo Isabella.
 
— Sí, en ese momento me parecia buena idea. Pero lo más seguro es que mi padre no habría estado contento con mi decisión —dijo Draco.

Lucius Malfoy, siempre era él. Pero pronto su lealtad hacía Voldemort decaería.

— Cuando llegaron Bellatrix y los demás Mortífagos, sentí mucha presión —contaba Draco.

— Lo sé, amor. Ellos te apresuraban para que lo hicieras, sin importarles nada más —dijo Isabella.
 
— Yo quería hacerlo —comentó Draco.

— No mientas, Draco. Te conozco muy bien para saberlo —le dijo Isabella.

— Es que creí que sería mi momento —murmuró Draco.

— ¡Draco, tú no necesitas tu momento! —aseguró Isabella.

— Pensaba en la gloria que tendría si... mataba a uno de los mejores magos de todos los tiempos —decía Draco.

— ¿Desde cuándo Draco Malfoy necesita esa gloria? No necesitabas probarle nada a nadie —le dijo Isabella.

— Tienes razón, no necesito esa gloria mientras te tenga a ti —le dijo Draco.

Isabella le sonrió tiernamente, agradecida de poder estar en esos momentos con Draco. Mientras estuvieran juntos no importaba la gloria, la fortuna o la grandeza. Ambos sabían que eran más afortunados por tenerse; que la gloria podría llegar cuando quiera; y que la grandeza estaba en ellos sin necesidad de probarle nada a los demás. 

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora