Capítulo 5 • Maldiciones Imperdonables

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En el desayuno les entregaron los horarios a los alumnos. La primera clase era Defensa Contra las Artes Oscuras con Alastor Moody, clase que compartían Slytherin y Gryffindor.

Cuando entraron al salón, Isabella se sentó junto a Draco a mitad del salón de clases. Pero cerca a la pared. 

— Por lo menos en Durmstrang tienen una actitud mucho más sensata que en Hogwarts con respecto a las Artes Oscuras, las aprenden de verdad: no tienen únicamente esta porquería de defensa contra ellas que tenemos nosotros —le dijo Draco.

— Recuerda que las Artes Oscuras no son un juego, no puedes usarlas cada vez que quieres —le advirtió Isabella.

— Bueno, tienes razón —dijo Draco rodando los ojos.

— Pero mi padre dice que es bueno saber Artes Oscuras y aprender a defenderse de ellas —le dijo Isabella.

— Tú ya sabes ambos, te lo enseñó mi padrino.

— Si prometes aprender con responsabilidad seguro te enseña.

— Enseñame tú, seguro aprendo mejor —le propone Draco.

— Yo no soy profesora —le dijo Isabella negando con una sonrisa.

No tardaron en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos del profesor Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrador como siempre.

— Ya pueden guardar sus libros, no los necesitarán para nada —gruñó Moody.

Caminaba ruidosamente hacia a la mesa para sentarse tras ella. Los alumnos guardaron los libros. Moody sacó una lista y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba a fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre.

— Bien —dijo cuando el último de la lista hubo contestado «presente»— He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que ya son lo bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Han estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo. ¿No es así?

Hubo un murmullo general de asentimiento.

— Pero están muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentarse a maldiciones. Así que he venido para prepararlos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros —prosiguió Moody.

Moody se levantó con cierta dificultad de la silla para continuar:

— Pero antes me presento. Alastor Moody, ex cazador —decía escribiendo su apellido en la pizarra—  Ministro inconforme y su maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Vine porque Dumbledore me lo pidió. Fin de la historia. Se acabó. Adiós. ¿Preguntas? —recorrió con ambos ojos toda la clase— Bien. Cuando se trata de Artes Oscuras aplico el método práctico. Pero primero, ¿quién puede decirme cuántas Maldiciones Imperdonables existen?

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora