Capítulo 124 • Tú no eres su madre

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El mundo muggle también estaba diferente, por las calles sucedían cosas que evidentemente eran hechas por mortífagos pero el Ministro muggle tenía que arreglarse para encontrar otras explicaciones.

Caminaron por unas calles solitarias y apestosas, hasta que encontraron a la persona que sería su víctima.

Era un joven indigente, parecía tener tan solo unos cuantos años más que Isabella. La razón por la que había acabado viviendo en la indigencia la ignoraban pero Bellatrix ya había sacado su varita, no le permitió ni que se diera cuenta de la presencia de las brujas.

¡Crucio!

El indigente emitió un grito de dolor mientras se caía al suelo retorciéndose. Bellatrix reía a carcajadas lo que hacía que sus dientes podridos salten a la vista, era verdaderamente una desagradable sonrisa. Luego Bellatrix lo soltó pero el indigente seguía chillando de dolor.

— Es tu turno, querida —dijo Bellatrix.

Isabella levantó la varita, tenia que hacerlo y no había vuelta atrás.

¡Crucio!

El joven indigente emitió un chillido pero no tan fuerte como había gritado cuando fue Bellatrix la que lo había lanzado.

— Tienes que desear de verdad causar dolor, disfrutar de ello. ¡Tienes que sentirlo, querida! —le dijo Bellatrix.

Isabella miraba fijamente al indigente quería hacerlo, pero algo en su interior se lo impedía. Era una lucha interna entre dos facetas de si misma.

¡Cruc...!

Pero no pudo terminar ya que escucharon unas bocinas a lo lejos, era evidente que la seguridad en la ciudad se había reforzado.

— ¡Son esos malditos muggles uniformados!! Debemos irnos, querida —le dijo Bellatrix.

En ese mismo instante, las dos brujas se desaparecieron para aparecer de nuevo en el oscuro jardín de la Mansión Malfoy.

— Supongo que no siempre sale a la primera pero ya aprenderás, es cuestión de tiempo —dijo Bellatrix.

— Mientras sigas enseñándome, Bella —le dijo Isabella.

— Perfecto —sonreía Bellatrix.

Al entrar a la mansión, una Narcissa muy seria estaba esperándolas en el vestíbulo.

— ¿Cuándo volveremos a ir al mundo muggle, Bella? —preguntó Isabella.

— Cuando estés lista, querida —le dijo Bellatrix.

— No volverás a llevártela a ningún lado —intervino Narcissa.

— ¿Por qué no, Cissy? —preguntó Bellatrix.

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora