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Por la tarde, Isabella iba camino a la oficina del profesor Dumbledore junto su padre. Ella no sabía lo que estaba pasando y Severus no había querido decirle todavía la razón por la que Dumbledore requería de su presencia.
Todo era tan intrigante y confuso a la vez. Lo único que ya sabía, es que Dumbledore estaba enterado de la misión. Aunque no se le hizo raro porque sabía la amistad que mantenía con su padre, pero se preguntaba porque no hizo nada para reprenderlos durante todo este tiempo.
Además de que si tenía una manera de impedirlo, ¿por qué iba hablar con ella?
¿Acaso no esperaba que Isabella sacará su varita y acabe con todo esto de una buena vez?
Era una de dos: Dumbledore no creía capaz a Isabella de asesinarlo a sangre fría o tenía algo planeado.
Subieron por la escalera en forma de caracol, mientras Isabella se hacía mil preguntas en la cabeza. Con más razón cuando Severus se fue dejándola ahí, sola frente a la entrada de la oficina del profesor Dumbledore. Lo que Severus no quería, era ver el rostro de su hija al enterarse lo que él iba a hacer.
Isabella tocaba la puerta antes de entrar, Dumbledore no tardó en decirle que pasara. Entonces ella entraba con seriedad a su oficina, ignorando a los retratos de los antiguos directores que se hacían los dormidos. Pero al ver al profesor Dumbledore, imperturbable detrás de su escritorio. Sentía mucha culpa, no quería estar ahí.
— Señorita, Isabella —dijo Dumbledore al verla— Siéntese, por favor.
— Gracias, profesor —murmuraba Isabella.
Mientras Isabella se sentaba en una de las sillas frente al escritorio, no le fue difícil darse cuenta que Dumbledore escondía su mano derecha, incluso aunque la necesitara. Pero no iba a preguntarle, le parecía que no era de su incumbencia.
— Imagino que te preguntarás por qué le pedí a Severus que te trajera hasta mi oficina —le dijo Dumbledore.
— Sí, profesor —asintió Isabella, incapaz de verlo a los ojos.
— Bueno, debes suponer que estoy enterado de todo —dijo Dumbledore.
— Sí, sé que lo está —dijo Isabella.
— Como entenderás, Severus no iba a ocultarme algo así. También estoy enterado de sus intentos desesperados para matarme —decía Dumbledore.
Dumbledore era muy directo, Isabella no sabía que decirle. Pero el director prosiguió:
— Te preguntarás por qué a pesar de estar enterado, no los expulsé y deje pasar cada ataque. No les dije nada por temor a que sean ejecutados por lord Voldemort. Además que ambos intentos no llegaron a matar a las víctimas involuntarias, por lo tanto no habían realmente infringido las reglas.
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Siempre estaré contigo • Draco Malfoy
Fanfiction❝Te juro que te amaré por siempre❞ Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...