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Después de la elegante boda, la feliz pareja de recién casados iba a irse a París para su noche de bodas y su luna de miel. Este es solo el comienzo de todo el amor que se tienen, es el primer viaje de amor de muchos que tendrán.
Con una aparición, ya se encontraban en la más prestigiosa calle privada del distrito nueve de París. Era un vecindario de magos, así que no había nada de que preocuparse. Frente a ellos estaba una hermosa casa parisina muy lujosa y exclusiva, que sería su hogar durante un mes. Tenía un hermoso jardín, rodeado de muchos árboles que sin duda lo convertían en un lugar muy tranquilo y pacífico. También aquel jardín estaba repleto de rosas verdes y blancas, sonrieron al verlas. Sin duda, para que haya tanta cantidad de rosas de dos mismos colores, era porque habían sido puestas ahí mediante un truco mágico. Los responsables de esa decoración especial fueron tanto Pansy como Blaise porque sabían muy bien lo importante que era para ellos.
Con las manos entrelazadas, se miraron con radiantes sonrisas antes de entrar. Draco se veía tan guapo en su traje negro, era simplemente perfecto. Isabella lucía hermosa en su vestido blanco, como toda una diosa. La luna estaba más brillante que nunca, pero no tanto como la gran sonrisa que tenía Draco. Las estrellas relucían en el firmamento, pero no tan deslumbrantes como los ojos verdes de Isabella.
Entonces Draco arqueó las cejas y se acercaba a Isabella para levantarla en sus brazos mientras ella reía.
— ¿Qué estás haciendo, Draco?
— La reina se lo merece.
Isabella lo rodeaba con sus brazos para sostenerse del cuello de Draco, mientras le sonreía tiernamente y le daba un beso en los labios. Draco la acunaba en sus brazos, sosteniéndola con delicadeza y firmeza para así entrar a la casa. Isabella era ligera, pero Draco es tan fuerte que no le costaba nada llevarla en brazos hasta su habitación.
En su interior, la casa tenía estancias amplias y techos altos, al más puro estilo europeo. El buen gusto con la que estaba decorada fue evidente. Sin duda era una casa llena de sorpresas, desde su terraza bohemia y la decoración tradicional que guarda una increíble piscina en el sótano. Además, había un hermoso piano de cola negro en la sala. Perfecto para que Draco lo toque mientras Isabella canta, ya que la acústica en ese espacio abovedado era maravillosa. Definitivamente todo es como un sueño.
Eran niños cuando se enamoraron, sin saber lo que era. Ahora entraban a su dormitorio para pasar la mejor noche de sus vidas, como marido y mujer. Besándola lentamente, Draco recostaba a Isabella en la cama mientras ella le quitaba su saco. Después desabrochaba su camisa y acarició su abdomen desnudo, le encantaba lo marcado que era. Además de ser muy suave y sensual. Mientras tanto Draco buscaba con sus dedos el cierre del vestido de Isabella y lo abría lentamente al mismo tiempo que volvían a besarse. Luego, ella se levantó de la cama dejando a Draco recostado mirándola muy atentamente mientras Isabella deslizaba su vestido por todo su cuerpo para quitárselo y miraba a Draco con una sonrisa, al mismo tiempo que él se mordía el labio inferior. Isabella tenía un sensual traje blanco debajo como ropa interior, se veía realmente bien. Draco había quedado sin palabras, hechizado por los encantos de su mujer. Entonces ella volvía a acercarse a él para subirse en su regazo con sus piernas alrededor de su cuerpo. Isabella depositaba besos en su pecho desnudo mientras Draco recorría cada parte del cuerpo de su chica lentamente con sus manos.
En la oscuridad, con ella entre sus brazos. Draco le susurraba lo perfecta que se veía, mientras besaba cada parte de su figura. Con las respiraciones agitadas y el sudor en sus cuerpos, se entregaban al amor. Convirtiéndose en uno solo, llenando el dormitorio de sonidos guturales. Isabella se agarraba de las sábanas mientras las caderas de Draco empujaban contra las suyas, embistiéndola lenta y cuidadosamente.
Hacer el amor con la persona que tanto amas es, sin duda, una gran celebración; un evento mágico. Han estado juntos durante años en las buenas y en las malas. Todos estos años, se han convertido en su todo, en su mejor razón para sonreír y ser felices. Tienen la suerte de tenerse a su lado.
— Te necesito conmigo, siempre y para siempre.
— Siempre estaré contigo, Draco.
...
A la mañana siguiente, cuando Isabella despertaba estaba vestida solamente con la camisa de Draco. Con una radiante sonrisa, se sentaba en la cama. Estaba segura de que su noche de bodas fue la mejor de sus vidas. La manera en que Draco le hacía el amor era tan exquisita que la llevaba al cielo.
Draco ya se había levantado, así que ella fue a buscarlo. Para encontrarlo preparando el desayuno de ambos en el balcón de su dormitorio que tenía una gran vista de la cuidad francesa. Ella le sonreía desde el umbral, Draco se veía tan perfecto como siempre, esmerándose en preparar el mejor de los desayunos para ambos. Una gran variedad de comida estaba en la pequeña mesa: Tarta de melaza, empañas de calabaza, pastelillos de caldero, té y jugo de calabaza. Además de dos rosas en un elegante jarón como centro de mesa. Usando su varita, tenía todo listo para su primer desayuno como esposos. El primero de muchos. Cuando Draco la vio, le dedicaba una brillante sonrisa. Le encantaba como Isabella se veía usando solamente su blanca camisa.
— ¡Buenos días, preciosa!
— Buenos días, amor.
— Nuestro desayuno está listo —dijo Draco muy sonriente.
Así que Isabella sonreía para acercarse y sentarse mientras miraba a Draco.
— ¿Por qué me miras así? —le pregunta Draco.
— Porque soy muy afortunada de que seas mi esposo, Draco Malfoy —le dijo Isabella sonriéndole tiernamente.
— No, yo soy más afortunadado de tenerte —dijo Draco con una radiante sonrisa.
— Todo es perfecto, soy tan feliz de estar contigo —dijo Isabella.
— Te dije que tendríamos un futuro perfecto —le recuerda Draco.
— Sí, me lo dijiste y siempre tuviste la razón —admitía Isabella.
— Ser tu esposo es lo que siempre quise, todo lo que yo soñé y te juro que te amaré por siempre —dijo Draco.
Los dos se sonreían, sintiéndose afortunados de estar juntos.
Draco había entrelazado su mano con la de Isabella con ternura y sumergidos profundamente en sus miradas, se acercaron para intercambiar un dulce beso. El tipo de beso que los hace darse cuenta de que el oxígeno está sobrevalorado.
Disfrutando del sempiterno amor que los unía, observaron la hermosa vista de la Torre Eiffel la cual se ha consagrado como el símbolo del amor para muchos. El ambiente mágico que se percibía en las calles de esa ciudad era inigualable.
Así fue como el deseo de Isabella a la estrella fugaz se había cumplido, Draco iba a ser eternamente feliz y de igual manera, el de Draco porque Isabella siempre estaría a su lado; y ahora estaban viviendo otro de sus más grandes deseos, ser marido y mujer. Por más que pasen los años, aún parecían un par de adolescentes enamorados suspirando a cada instante, uno por el otro. Siempre iban a amarse.
Il n’y a qu’un bonheur dans la vie, c’est d’aimer et d’être aimé.
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Siempre estaré contigo • Draco Malfoy
Hayran Kurgu❝Te juro que te amaré por siempre❞ Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...