Capítulo 120 • Indeseable número uno

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Al día siguiente, Isabella le había mandado una carta a Luna con su lechuza y mientras esperaba su regreso, estaba junto a Draco en la biblioteca de la Mansión Malfoy.

Tenía un libro en sus manos y leía muy concentrada en una silla, con la piernas cruzadas.

— Te ves tan preciosa cuando lees, Isa —le sonríe Draco.

— ¿Cuánto tiempo llevas viéndome leer? —reía Isabella.

— Bueno...

Isabella le sonrió negando con la cabeza y se tapó el rostro con el libro para seguir con su lectura. Pero en ese momento, escucharon unos golpes en la puerta y segundos después entraba Narcissa, tenía unos folletos en sus manos.

— ¿Qué es eso, madre? —preguntó Draco.

— Folletos impresos y distribuidos en masa por el Ministerio —dijo Narcissa.

Narcissa le entregó a ambos un folleto diferente. El que le entregó a Isabella era un panfleto de color rosa, con el título en letras anaranjadas. Mientras el que le dio a Draco era un cartel en blanco y negro, 

— Los sangre sucia y los peligros que representan para una perfecta sociedad de sangre pura —leyó Isabella.

— Indeseable número uno: Harry Potter —leyó Draco.

— El panfleto que tienes, Isa. Fue escrito por Dolores Umbridge, jefa de la Comisión de Registros de Hijos de Muggles —cuenta Narcissa.

— Tenía que ser esa arpía rosa con su cara de sapo —soltó Isabella.

Draco reía, mientras que Narcissa se mantenía sería aunque le haya parecido divertido el apodo.

— Lo siento, Cissy. Pero es una señora muy insoportable —le dijo Isabella. 

— Entiendo, mi niña. Agradezco que no haya usado sus métodos para castigar en ustedes —les dijo Narcissa.

— Eso porque confiaba en nosotros y le convenía que estemos de su lado, de otra forma no nos habría tenido tanta consideración —dijo Isabella.

— Si hubieras visto como Isa le mentía en la cara, madre —sonreía Draco.

— Bueno, los Slytherin sabemos cuando arriesgarnos —comentó Narcissa.

— Exacto, Cissy —asintió Isabella.

Isabella se puso a leer el contenido del panfleto que tenía en sus manos. En su interior había una imagen de una rosa roja con una cara sonriente en medio de sus pétalos, siendo estrangulada por una mala hierba verde con colmillos y el ceño fruncido. Evidentemente, esa era la metáfora de lo que el Ministerio controlado por los Mortífagos quería hacer creer con respecto a los nacidos de muggles en el mundo de los magos, el cual ellos creían que debería reservarse para los sangre pura. Sus contenidos incluían "Los sangre sucia y los peligros que representan en el mundo mágico", "Cómo reconocer a un sangre sucia", "¿Qué hacer cuando se enfrentan a los sangre sucia?", "La importancia de una sociedad sangre pura", los detalles del Programa de Reubicación de los Sangre Sucia, y las copias del Decreto Ministerial Número 184 y Número 188.

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora