❝Te juro que te amaré por siempre❞
Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...
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Umbridge les preguntó a los alumnos quienes eran los otros nombres que solo tenían sus iniciales en el pergamino de la lista de miembros del Ejército de Dumbledore. Pero no se lo dijeron, ya que Isabella había intentado evitar que los descubran, por lo que no mencionaron a los cuatro Slytherin que nadie se imaginaba, también eran parte del Ejército de Dumbledore.
Y Umbridge no sospechaba nada.
El castigo para los miembros del E.D. fue hacerles escribir la frase «No debo decir mentiras», con una pluma especial que se caracterizaba por usar la sangre del escritor en vez de tinta, grabar el mensaje en sus manos, rajando la carne y provocando un dolor agudo y unas cicatrices que tardaban mucho en curar.
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Cho Chang fue profundamente despreciada por todos los miembros.
Isabella no había podido acercarse a sus amigos Gryffindor todavía, era muy peligroso y levantaría sospechas. Ahora estaba en su habitación, el único lugar seguro para hablar de lo que había sucedido.
— ¡Es una maldita gárgola! —exclamó Isabella.
Isabella caminaba por su habitación, indudablemente molesta.
— ¿En este momento están en el castigo? —pregunta Pansy.
— Sí, los está torturando con el método de la pluma en su piel. Aborrezco a esa mujer —dijo Isabella.
— Más bien no se enteró de que nosotros también fuimos parte —dijo Pansy.
— Eso fue gracias a Isa, que intentó ayudarlos. Por eso los demás no dijeron nuestros nombres —comentó Draco.
— Y ya no hay más Veritaserum para hacerlos hablar —contó Isabella.
— Además está muy satisfecha con haber atrapado a casi todos —dice Draco.
— Y con su nuevo gran e ilegítimo puesto de directora de Hogwarts —aportó Isabella, muy molesta.
