Capítulo 1 • Nuevos amigos

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El día había llegado, Isabella estaba en el anden 9 y ¾. Al fin iría a Hogwarts, con su padre y su mejor amigo. Como siempre había deseado y después de estar durante tres años en una escuela a la que definitivamente no quería volver nunca, ahora se encontraba donde sí quería estar.

Sus brillantes ojos verde esmeralda recorrieron la plataforma, sobre los gatos maullando en los brazos de sus dueños, sobre las lechuzas ululando y aleteándose unas a otras en sus jaulas, sobre los estudiantes, algunos ya vestidos con sus largas túnicas negras, cargando sus baúles al interior del tren.

El expreso de Hogwarts era una reluciente máquina de vapor de color escarlata. Ella metió su baúl y la jaula con su lechuza en el guarda equipaje de la parte trasera del tren y se apresuró a subir al tren. 

Una vez dentro, lo primero que pensó fue en buscar a Draco pero cuando el tren comenzó a moverse prefirió solo buscar donde sentarse.

Camino por el tren mirando a través de las puertas de paneles de cristal para ver el interior de los compartimentos, ignorando las miradas de algunos alumnos seguramente dándose cuenta que era una alumna nueva. La mayoría de los compartimentos ya estaban llenos, hasta que encontro uno donde solo estaban tres estudiantes. 

— Hola, ¿les importa si me quedo aquí? Es mi primer día y el tren ya está lleno —les dijo Isabella.

Los tres la miraron. Aunque uno de ellos, un muchacho con lentes. La observaba más detenidamente que los demás, le sonrió nervioso y se quedo muy callado desde que la vio.

— Sí, puedes quedarte aquí. Bienvenida —dijo la chica con una sonrisa.

— Gracias —dijo Isabella.

Mientras se sentaba al lado del chico con lentes y de la jaula de su lechuza. Isabella observó a un lindo gato con pelaje espeso, esponjoso y color canela hecho un ovillo en el asiento al lado de la chica.

— Que lindo gatito —sonrió Isabella.

— ¿Lindo? —cuestionó el pelirrojo.

La chica, aparentemente dueña del gato le echó una mirada fulminante al pelirrojo y luego miró a Isabella con una sonrisa para decir:

— Se llama Crookshanks.

— ¡Hola, Crookshanks! Me gustan mucho los gatos —dijo Isabella.

— Entonces ustedes se llevarán muy bien —comentó el pelirrojo. 

— Siempre quise tener un gato mitad kneazle pero a mi padre no le gustan las mascotas y para venir aquí, solo me permitió comprar una lechuza porque dijo que me sería más útil. De hecho, se parece mucho a la tuya —contaba Isabella.

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora