Capítulo 102 • Cuida a tu chica, Malfoy

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Cuando terminaron las vacaciones de Navidad, los alumnos que se habían ido a casa regresaron al colegio y las clases retornaron.

Pero había un alumno que estaba irritado por tener que empezar su mes de castigo con el profesor Snape, debido a un desafortunado y accidental incidente en la fiesta de Navidad del profesor Slughorn. No quería seguir perdiendo el tiempo porque tenía que pensar en nuevas estrategias de Quidditch para demostrar que Harry se había equivocado al no elegirlo como Guardián del equipo de Gryffindor. Esa situación estaba provocando que a Cormac McLaggen le fuera mal en los estudios, excusa que iba a utilizar para librarse de su castigo.

Ya que al ver a Isabella sentada, leyendo un libro en un pasillo solitario de la escuela. Le pareció buena idea acercarse para convencerla de que el profesor Snape cambiara de opinión.

Mientras caminaba hacía ella, con una confiada sonrisa. Cormac no pudo evitar pensar en la belleza de Isabella al mirar su falda corta, lo cual le pareció que lo haría más divertido. Proyectando en su mente la estúpida teoría de que si un arrogante como Draco Malfoy había logrado seducirla, para él sería mucho más fácil. Con solo escuchar sus habilidades en Quidditch, caería rendida a sus pies.

— Pero, ¿qué tenemos aquí?

La voz de Cormac McLaggen sonaba tan prepotente desde el primer momento. Isabella no queria levantar la vista para mirarlo, a pesar de que sabía que se estaba dirigiendo a ella con quien sabe que intenciones. Ya Hermione le había contado lo incómoda que la hizo sentir en la fiesta de Navidad, definitivamente era un libertino. Además de ser un gran fanfarrón.

— Dichosos los ojos que la ven, señorita —le dijo Cormac.

— ¿Me hablas a mi? —preguntó Isabella.

— Por supuesto, señorita Snape.

— Preferiría que solo me digas Isabella.

— Muy bien, señorita Isabella —sonreía Cormac.

— No, solamente Isabella. Gracias —le dijo Isabella con seriedad.

— Como digas, Isabella. Mucho gusto, soy Cormac McLaggen. Seguramente has escuchado mucho de mi.

— ¿Debería?

— ¡Claro! Por mis habilidades en el Quidditch —le dijo Cormac.

— Con que habilidades, ¿por eso no estás en el equipo de Quidditch de Gryffindor? —cuestionó Isabella.

— Eso fue un ligero inconveniente. Déjame contarte sobre «las cien mejores paradas de Cormac McLaggen», así no dudarás de mis habilidades —decía Cormac.

— Que interesante pero no tengo tiempo, gracias —dijo Isabella.

— Vas a ver a tu padre, ¿verdad?

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora