Capítulo 135 • La verdad es revelada

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Ahora Isabella se encontraba en su habitación junto a Draco. Sentada en su cama abrazándose a sí misma, Isabella le decía que ya no podía ocultarlo más, que Narcissa debía saber lo que había hecho. Mientras que Draco, sentado frente a ella la miraba a los ojos asegurándole que todo iba a estar bien.

— ¿Creés que Cissy va a perdonarme?

— No hay nada que perdonar, tenía que hacerse. Acabábamos de ser torturados por ella.

— Pero no creo que eso justifique lo que hice, Cissy va a odiarme...

— Mi madre no va a odiarte.

Entonces, como si su conversación la hubiese llamado. Narcissa tocaba con delicadeza la puerta de la habitación de Isabella, para entrar una vez que su ahijada le dijera que podía pasar.

— Draco, cariño. ¿Puedes dejarnos a solas? Necesito hablar un momento con Isa —pedía Narcissa. 

— ¿Sucede algo, madre? —preguntó Draco.

— Nada, hijo. Haz lo que digo, por favor —le dijo Narcissa.

Isabella se sentía angustiada, presentía que su madrina ya estaba enterada de lo sucedido. Draco salió de la habitación dejándolas a solas y cerrando la puerta detrás de él. Confiaba en su madre, sabía que no le reprocharía a Isabella por lo sucedido ya que después de lo que Bellatrix había hecho era más que justificable.

Aunque no se imaginaba que había algo más que revelar.

Cuando Draco iba hacía su propia habitación, se encontró con su padre. Lucius se veía tan demacrado y más viejo de lo que realmente era. Desde que había querido que reconociera a Harry Potter no le dirigía la palabra, otra vez. Hasta ahora.

— Draco.

— ¿Sí, padre?

— He estado pensando en algo pero no puede ser cierto —dijo Lucius.

— ¿En qué? —preguntó Draco.

— Que reconociste a Harry Potter desde el primer momento en que lo viste aquí—le dijo Lucius.

— ¿En serio, padre? ¿Es lo único que te importa? —cuestionó Draco.

— ¿Qué estás diciéndome? —preguntó Lucius.

— Claro, si te hubiese dicho que se trataba de Harry habrías vuelto a ser el gran mortífago que siempre te ha encantado ser —le dijo Draco.

— Entonces si lo reconociste —dijo Lucius.

— Te recuerdo que ese mismo día fui torturado con la Maldición Cruciatus, padre —le recordaba Draco.

— Pero aún así lo reconociste y no nos dijiste nada —insistió Lucius.

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora