0.3 • Narcissa Malfoy

16.2K 1.1K 89
                                    

Una mañana tempranera, la pequeña Isabella se despertó sobresaltada, con el corazón latiendo a mil por hora y lágrimas rodando por sus mejillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una mañana tempranera, la pequeña Isabella se despertó sobresaltada, con el corazón latiendo a mil por hora y lágrimas rodando por sus mejillas. Había tenido una pesadilla tan intensa que su cuerpecito temblaba y sentía una presión en el pecho que le dificultaba respirar.

En su sueño, veía a su madre siendo asesinada por una figura oscura cuyo rostro no podía distinguir. Destellos de luces verdes y amarillas iluminaban la escena, y aunque sabía que su madre no había sangrado, la visión estaba rodeada de sangre. Esto era contradictorio, ya que en realidad había sido asesinada con la Maldición Asesina, un hechizo que causa la muerte instantánea sin dejar heridas visibles. Pero, a pesar de entender que su madre no había sufrido lesiones físicas, la pesadilla seguía perturbándola profundamente.

Cada vez que tenía esa pesadilla recurrente, Isabella se hacía muchas preguntas, deseando con desesperación encontrar respuestas que nunca llegaban.

¿Por qué le habían quitado a su madre?

¿Por qué le impidieron conocerla?

¿Por qué le arrebataron la dicha de crecer junto a ella?

¿Quien había sido el culpable?

Lo que más deseaba Isabella era saber el nombre de la persona que había asesinado a su madre, pero no se imaginaba lo que sería capaz de hacer si la tuviera en frente. Por ahora, lo único que quería era saberlo. Para que los grandes se aseguren de que pague por lo que hizo en Azkaban, la prisión de magos. Sin embargo, la verdad llegaría cuando sea el momento. 

Isabella, en algunas ocasiones, había llegado a preparar sola la Poción de Sueño Sin Sueños porque no quería contarle a nadie sobre sus pesadillas, aunque sabía que no podría ocultarlo por mucho más tiempo.

Esa mañana, a pesar de ser hora de levantarse para ir a desayunar junto a sus padrinos y su mejor amigo, Isabella se quedó en la cama, sollozando y con la imagen de su madre muriendo grabada en su mente.

Pero su ausencia no iba a pasar desapercibida. En la Mansión Malfoy, siempre la esperaban para desayunar todos juntos, una tradición que reflejaba su educación en la nobleza. Preocupada porque su ahijada no había salido de su habitación, Narcissa se dirigió a su alcoba y tocó suavemente a la puerta.

Isabella, sin querer que la vieran llorar, se escondió entre las sábanas. Narcissa, al no recibir respuesta, abrió la puerta y entró.

— ¿Isa? ¿Estás llorando, mi niña?

— Cissy...

— ¿Qué sucede? —le preguntó Narcissa con voz suave.

— Tuve una pesadilla —dijo la pequeña Isabella, con lágrimas en los ojos.

— ¿Qué pesadilla? —preguntó Narcissa, acercándose a ella.

— Sobre mi madre cuando la asesinaron —murmuraba Isabella mientras las lágrimas caían por sus mejillas— Había luces verdes y amarillas, también vi mucha sangre...

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora