❝Te juro que te amaré por siempre❞
Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...
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Como Hagrid había regresado hace un par de días, iba a volver a dar sus clases. Por lo que ese día a la hora de Cuidado de las Criaturas Mágicas, se dirigieron a la cabaña de Hagrid. Hagrid los esperaba de pie al inicio del bosque, tenía moretones matizados de verde y amarillo, además de cortes que sangraban. Aunque Hermione le había confiado a Isabella donde había estado Hagrid todo este tiempo, Isabella lo miró desconcertada y sabía que sus tres amigos Gryffindor estaban igual, porque ni a ellos había querido decirles de que eran esas heridas y la razón por la que no cicatrizaban.
Para completar aquel lamentable cuadro, Hagrid llevaba sobre el hombro un bulto que parecía la mitad de una vaca muerta.
Sin embargo, Hagrid se dirigió alegremente a los alumnos que se le acercaban mientras señalaba con la cabeza los oscuros árboles que tenía a su espalda:
— ¡Hoy vamos a trabajar aquí! ¡Estaremos un poco más resguardados! Además, ellos prefieren la oscuridad.
Draco, que estaba junto a Isabella, se había acercado a ella para susurrarle algo que solamente ella pudiera escuchar.
— ¿Quién prefiere la oscuridad? ¿Sabes a qué se refiere, Isa? —susurró Draco.
— No, Her intentó convencer a Hagrid de que se lo dijera pero él no se lo quiso contar. Dice que ha estado muy misterioso —le cuenta Isabella.
— ¿Tendrá que ver con sus cicatrices? —preguntó Draco.
— No, ese es otro tema que tampoco quiso contarles —repuso Isabella.
Hagrid continuaba con la clase mirando festivamente a los alumnos:
— ¿Listos? Muy bien, preparé una excursión al bosque para los de quinto curso. Pensé que sería interesante que observaran a esas criaturas en su habitat natural. Las criaturas que vamos a estudiar hoy son muy raras, creo que soy el único en toda Gran Bretaña que ha conseguido domesticarlas. Síganme.
Hagrid se dio vuelta y entró al bosque, pero nadie se mostraba muy dispuesto a seguirlo. Solo sus tres amigos Gryffindor empezaron a seguirlo, presidiendo al resto de la clase. Isabella iba junto a Draco y Pansy detrás de los tres Gryffindor, mientras que detrás de ellos iban Blaise con Crabbe y Goyle, aunque no se veía muy cómodo con ellos pero seguía sin armarse de valor para disculparse con Isabella, se sentía muy estúpido por muchas razones.
Caminaron unos minutos hasta llegar a un lugar donde los árboles estaban muy pegados y parecía que había caído la tarde. Hagrid, con un gruñido, depositó la media vaca en el suelo retrocedió y se dio vuelta para mirar a los alumnos, la mayoría de los cuales pasaban sigilosamente de un árbol a otro hacia donde estaba él, escudriñando nerviosos los alrededores como si fueran a atacarlos en cualquier momento.
