❝Te juro que te amaré por siempre❞
Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...
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El tan esperado día de la tercera prueba del Torneo había llegado.
Por lo que esa mañana, Isabella aún dormía cuando sus sueños comenzaron a volverse confusos. Veía imágenes vagas y escuchaba voces que hablaban sobre una magnífica bruja pero todo pasaba tan rápido que no lograba escuchar todo completo. Solamente comentarios cortos de voces que nunca había escuchado antes. A todo esto lo acompañaba un melodioso canto. Alguien estaba cantando una canción triste y nostálgica pero no pudo entender la letra. Era una voz de mujer, casi parecía que era ella la que estaba cantando pero esa no era su voz. Su varita brillaba en su mano mientras aquella voz cantaba, su brillo era muy parecido al Encantamiento para encender varitas pero su luz parecía ser incluso más brillante y poderosa.
Las otras voces seguían escuchándose y las palabras que más se repetían eran:
revivir
vida
canto
Se sentía como si ella tuviera el deber descubrir algo con esas señales.
De pronto, apareció una persona en su sueño que sí pudo reconocer. Era Cedric, que se veía muy contento y tenía la Copa de los Tres Magos en sus manos.
¡Parecía que había ganado!
Pero repentinamente la imagen de Cedric se desvaneció y todo se volvió oscuridad.
Draco se había despertado escuchando a Isabella cantar algo mientras dormía pero no logró entenderle, en todas las noches que había dormido con ella eso no había pasado. Se quedó con una sonrisa observándola dormir hasta que ella despertó.
— Ahora quiero que me cantes una canción, preciosa —le sonreía Draco.
— ¿Qué dices? —pregunta Isabella.
— Estabas cantando mientras dormías —cuenta Draco.
— ¿Yo estaba cantando? —le pregunta Isabella.
Isabella estaba recordando el sueño que había tenido. Ella no era la que cantaba, esa no era su voz.
— Sí, muy bajito pero cantabas —le dice Draco.
— Bueno, soñé con un canto. Y todo fue muy raro —decía Isabella.
