Capítulo 21 • Mi corazón se entrega a ti

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Cedric seguía mirándola a los ojos y con una sonrisa, Isabella ya estaba preparándose para rechazar su invitación de la manera más amable posible. Pero fue cuando se escucharon los pasos apresurados de alguien acercándose por el pasillo.

— Entonces quería saber si...

— ¡Isa!

Se trataba de Draco, caminado hacia ellos decidido a todo. Isabella sonreía al verlo llegar justo a tiempo, Cedric ni había llegado a hacer la pregunta y estaba suponiendo que no debería hacerla.

— Te estaba buscando —dijo Draco.

Sin importarle la mirada de confusión que tenía Cedric e ignorando totalmente su presencia, Draco tomaba de la cintura a Isabella y la aferraba hacía él. No podía dejar que pasara más tiempo sin decirle lo que siente y no iba a permitir que alguien más invitara a su chica al baile. Ha llegado el momento confesarle sus sentimientos a Isabella, su reina de Slytherin.

— Necesito hablar contigo, Isa —le dijo Draco.

Asi que procedió a llevársela del lugar, mientras Isabella estaba fascinada por la manera en que lo hacía. La mano de Draco seguía en su cintura, sujetándola con firmeza y determinación. Isabella se dejaba llevar sin importar nada.

Al verlos irse, Cedric se convenció de que Isabella y Draco eran más que amigos, lo cual no le sorprendió porque eran los alumnos más populares de Slytherin. Pero Cedric necesitaba eso para darse cuenta que la amabilidad de Isabella hacía él era meramente amistad, lo cual esperaba conservar.

Isabella estaba sin palabras, continuaba caminando junto a Draco y se preguntaba si era el momento o sucedería algo más que los detuviera de decirse lo que sienten. Solo deseaba que al fin pudieran dar el siguiente paso.

— ¿Qué necesitas hablar conmigo? —le pregunta Isabella.

— Primero quiero que vayamos a un lugar —repuso Draco.

— ¿A dónde?

— Ya lo verás, Isa.

Entonces siguieron caminando por aquellos pasillos, hasta que Isabella se dio cuenta que se dirigían a la Torre de Astronomía y a llegar ahí subieron hasta el mirador, ya había anochecido por lo tanto se veía un gran paisaje del cielo nocturno.

— He sido un tonto durante mucho tiempo, Isa —comienza a decir Draco.

— No. ¿Cómo vas a ser un tonto, Draco? ¿Por qué dices eso? —preguntó Isabella

— Porque no quería aceptar que mi corazón se entregaba a ti descaradamente sin mi permiso —confesó Draco.

Draco se acercó a Isabella para mirarla frente a frente, con sus brillantes ojos grises. Isabella se había quedado en silencio mirándolo a esos ojos, tan solo escuchando las palabras que siempre había deseado oírle decir a Draco.
 
— Me enamoré de ti, Isabella. Aunque tal vez siempre lo estuve, desde que éramos niños jugando en el jardín de la mansión. Cada momento a tu lado me hace feliz, has conquistado mi corazón desde siempre. Cuando te besé por primera vez fue la mejor sensación jamás vivida. Debí haberme dado cuenta en ese instante pero no quise hacerlo porque no quería perderte. Pero ya no puedo soportarlo más. Tienes que saber que estoy profundamente enamorado de ti, amo todo lo que te compone —le dijo Draco acariciando suavemente su rostro— Me pierdo en tus hermosos ojos verdes y me ahogo en el más dulce deseo de tu mirada cálida. 

Siempre estaré contigo • Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora