❝Te juro que te amaré por siempre❞
Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...
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Se oyeron chirridos y golpes metálicos cuando los alumnos arrastraron sus calderos y empezaron a añadir pesas a las balanzas, pero no intercambiaron ni una palabra. La concentración que reinaba en el aula era casi tangible.
Cada alumno echaba vistazos alrededor para ver qué hacía el resto de la clase; eso era la gran ventaja y el gran inconveniente de las clases de Pociones: resultaba difícil que unos no espiaran el trabajo de los otros. Al cabo de diez minutos, el aula se había llenado de un vapor azulado. Como era de esperarse, tanto Isabella como Hermione llevaban la delantera.
La poción de Isabella ya se había convertido en «un líquido homogéneo de color grosella negra», como el libro describía la etapa intermedia ideal. Pero ella no estaba siguiendo las instrucciones del libro.
Isabella aplastó 13 granos de sopóforo con el borde de un cuchillo de plata para obtener más jugo. Lo metió deprisa en el caldero y observaba, fascinada, cómo la poción adquiría al instante un tono claro de color lila.
Isabella observó a toda la clase, que les estaba costando mucho cortar su grano de sopóforo. Ya que no sabían que no había cortarlo, había que aplastarlo.
— No lo corten, aplástenlo —les susurra Isabella a los de Slytherin.
— Pero las instrucciones dicen que hay que cortar —le dice Pansy.
— Así dice el libro —dijo Blaise.
— El libro se equivoca —les dijo Isabella.
— Si Isa lo dice es verdad —dijo Draco.
Los tres Slytherin siguieron las instrucciones de Isabella confirmando lo que ella les decía.
Isabella miraba alrededor y comprobó que ninguna poción se había vuelto tan clara. Aunque a Harry parecía irle bastante bien...
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En ese momento Slughorn pasaba por la mesa de Slytherin y se sorprendió al ver que Isabella lo estaba haciendo muy bien. Pero aún no sabía su nombre.
