❝Te juro que te amaré por siempre❞
Solo juntos podrán desentrañar el misterio de sus corazones para descubrir si lo que sienten mutuamente es realmente verdadero y poderoso.
Además...
Quien logra descifrar las señales del destino tiene en sus man...
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Ese mismo día, Isabella volvió a salir de su habitación para ir a buscar a su papá y contarle que Draco estaba actuando muy raro.
Pero al buscarlo se encontró con un solitario Harry que se encontraba caminando por los pasillos.
— ¡Hola, Harry! —lo saludó ella empezando a caminar a su lado.
— Hola, Isabella —dijo Harry, nervioso.
— Her me contó que Ron está molesto contigo —mencionó ella.
— Sí, Ron creé que yo de verdad puse mi nombre en el cáliz y está molesto porque no se lo conté —le cuenta Harry.
— Ron te conoce bien, deja que se le pase el enojo y solito se dará cuenta de su error —le dice Isabella.
— Yo... No puse... mi nombre en el cáliz —titubeó Harry— Tú sí me creés. ¿Verdad, Isabella?
— Claro que sí, Harry —sonrió Isabella.
Harry seguía nervioso, su mente pedía que Isabella no le sonriera de esa forma porque eso no le ayudaba. Lo ponía mucho más nervioso.
— ¿Ya sabes cuál es la primera prueba del Torneo? —le preguntó Isabella.
— Aún no.
— Te irá bien. Eres un gran mago y puedes con todo, Harry.
— Gracias... Pero me... falta aprender... muchas cosas... más —titubeó Harry.
— No temas perdirle a mi papá que te enseñe, sabe mucho que podría servirte. No importa que este prohibido, solo nadie debe enterarse —le dijo Isabella.
— No creo que quiera ayudarme —soltó Harry.
— Sí, lo hará. Siempre —dijo Isabella.
— Lo tendré en cuenta —dijo Harry, no muy convencido.
— Bueno, te veo luego —le dijo Isabella.
Isabella había visto por fin a su padre, entonces se acercó a él quien al parecer discutía con el director de Durmstrang, Igor Karkarov. Cuando éste la vio, prefirió irse.