❝Te juro que te amaré por siempre❞
Los mejores amores empiezan como mejores amigos y ellos siempre han estado destinados a amarse. Pero aunque no quieran aceptar lo que sienten, no podrán cerrar su corazón a lo que no quieren sentir por mucho tiempo...
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Caminando por los pasillos de ese magnífico castillo que aún le encantaba, Isabella se encontró con Ginny que la había estado buscando para hablar con ella. Y entonces Ginny se acercó a ella para empezar a caminar a su lado.
— ¡Hola, Isabella! —la saluda Ginny.
— ¡Hola, Ginny! —le dice Isabella.
— ¿Supiste lo que hice? —preguntó Ginny con una sonrisa.
— ¿Que hiciste? —preguntó Isabella.
— Usé el maravilloso maleficio de los mocomurciélagos en cierta rubia y me salió perfectamente —sonreía Ginny.
— ¡Ginny! —exclamó Isabella.
— Sí, hechicé a Daphne Greengrass. Se lo merecía, jamás debió ofender a tu madre —le dijo Ginny.
— ¡Y yo a ti! No tienes que agradecer, Isabella. Fue un placer hechizarla —dijo Ginny.
— Entonces Daphne si que la estuvo pasando muy mal —reía Isabella.
— Sí, lo que le hicieron Fred y George también fue me divertido —reía Ginny.
— Me encantan sus creaciones —dijo Isabella.
— Supe que evitaste que mis hermanos tuvieran problemas por lo del pantano —le dice Ginny.
— Fue un trabajo de equipo, no iba a dejar que los castiguen. Mucho menos sabiendo las formas arcaicas que tiene la cara de sapo para castigar —le dijo Isabella.
— Sí, aún estoy furiosa por lo que le hizo a Harry —menciona Ginny.
— Y no quiso denunciarla —dice Isabella.
— Está seguro de que no le harán caso —dice Ginny.
— Bueno, las cosas están complicadas —dijo Isabella.
— La ha estado pasando muy mal y no lo merece, no me gusta verlo tan triste —decía Ginny.
— A mi tampoco —le dijo Isabella.
— Espero que todo se solucioné pronto para Harry y pueda estar más tranquilo —sonreía Ginny.
— Ginny... ¿Te gusta Harry? —preguntó Isabella con una sonrisa.
— No, no... Claro que no. Bueno... Antes, pero me di por vencida hace unos meses —cuenta Ginny.
— Tal vez aún no es su momento —le dice Isabella.
— Ya no va a pasar, he superado mi enamoramiento —dice Ginny.
