Foxy

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POV Mangle:
Qué podemos decir sobre nuestro Dios de los malabares? Bueno, como todo, su historia tiene un comienzo.
Cuando yo era pequeña iba a una escuela cono todos los niños, pero entre todos solo "conocía" a dos personas y, por supuesto, una de ellas era Foxy, mi gran amigo, casi diría q mi hermano de otra familia.
Cuando aún no lo conocía, el se ganó el título de matón debido a lo peligroso q parecía, su mirada desafiante y su gran tamaño, era realmente alto, bromeaba y le llamaba poste telefónico, ya q era alto y su pelo era de color rojo.
A mi no me daba ningún miedo, sin embargo a muchas personas sí, era bastante solitario debido a su físico.
Como si fuera la cosa más normal del mundo, le propuse q fueramos a almorzar juntos, este parecía muy sorprendido y pensándolo por un rato respondió q sí.
Ambos nos fuimos conociendo, no era tan terrible como se hacia ver, era algo peleón, pero no usaba los puños para estupideces, tenía cargo de conciencia, estaba totalmente cuerdo.
Así, con el tiempo, él, yo y otro amigo, nos hicimos íntimos.
Con el paso de las semanas él me confesó un hobby secreto q él tenía, le gustaba hacer malabares.
Yo no lo creía, en verdad, él sabía q de mayor quería montar un circo, él dijo q haría lo posible para participar en él y seguir estando conmigo, así q aprendió malabares, se le daba realmente bien.
Podía llevar muchísimos objetos, tanto grandes como pequeños y hacer lo q quisiera con ellos, era muy bueno.
Pero un mal día, la gente "descubrió" q el "matón" tenía una debilidad, así q lo usaron para meterse con él.
Por supuesto, eso le causó problemas ya q él es bruto y no deja q se metan con él, así q acabó en más de una pelea, con muchos rasguños y con partes hechos por los profesores ya q creían, bueno, sabían q él era un peleón y quería involucrar a más gente.
Cruel destino fue, su madre contactó con el colegio y se quejó diciendo q era despectivo llamar a un niño "peleón" solo por ser un poco bruto, además aseguraba q los niños se metían con él lo y le hacían finta para molestarle y provocarle, lo q normalmente, causaba peleas.
Por supuesto, el club escolar negó eso diciendo q él único con golpes era el niño contrario, tratamos de decir q eso era simple, Foxy era más grande q él y en su defecto, con más fuerza, no lo podía alcanzar, pero el club escolar descartó esa idea dejando a foxy un parte de expulsión de tres días.
Todos estábamos molestos con esa idea, todos menos los q salieron vencedores, q por supuesto, tuvieron su merecido en pequeñas dosis...
No era plan enfrentarse a ellos directamente, así q mi otro mejor amigo y yo usamos el ingenio para gastarle bromas pesadas, jamás sabría q éramos nosotros, somos inteligentes, pero no malos, según ellos.
Tras tres días de exclusión, Foxy volvió, pero esta vez q algunas vendas, curitas y un ojo morado, nadie se atrevió a preguntarle el por q excepto nosotros, tenía muy mala cara y estaba realmente pálido.
Él nunca nos dijo lo q le había pasado, parecía... Avergonzado de ello, así q al final decidimos q no era una buena idea preguntar.
Y así fuimos creciendo, no hubieron mas incidentes, solo pequeños roces de convivencia, pero nada más aparte de ello.
Pasamos a la secundaria, los tres estábamos en la misma clase, siempre lo estuvimos, siempre hasta q Foxy nos dijo q le cambiaban de instituto, no dio una razón, pero los tres estábamos muy deprimidos.
El último día q dijo q se quedaría en la ciudad, nos la pasamos en la azotea del instituto platicando y demás, hasta q nuestro mejor amigo tuvo q irse a casa, Foxy y yo seguimos hablando por un rato más.
Apenas recuerdo la conversación, simplemente recuerdo una corta frase q hasta el día de hoy me persigue a todos lados:"Ya date prisa y monta tu circo para q podamos estar juntos, tú y yo."
En ese entonces no comprendía lo q quería decir con sólos él y yo, pero con el tiempo, terminé entendiéndolo, pero nunca dije una palabra.
De pura casualidad me lo encontré en una ciudad muy lejana, estaba tratando de encontrar un sitio donde comenzar con el circo y de pura suerte, lo encontré.
Ambos estábamos felices de vernos, pero jamás fui la misma con él después de la única frase q recuerdo de nuestra conversación, supongo q para él sería confuso.
Sin más, le dije q si él quería, aún, podría entrar a mi circo y ser malabarista.
Él asintió sin titubear y aseguró q se convertiría...
"En el dios de los malabares".

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