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Habían pasado aproximadamente quince minutos desde que dejaron el mirador. Seokjin intentaba, sin mucha fortuna, encontrar una cadena de radio en emisión mientras Taehyung se había quedado dormido en el asiento trasero.

La cabeza del chico había encontrado comodidad en el hombro de Jungkook y este, aunque en un principio pensó apartase bruscamente, cambió de opinión cuando Jimin le echó una mirada de reproche.

Así que el maknae se había limitado a mirar por la ventanilla y a esperar impacientemente a que Taehyung despertase.

En todo el trayecto que habían hecho se había fijado en una cosa; no se cruzaron con ningún coche.

-¿Por qué no hay coches por aquí?- le preguntó a Yoongi extrañado.

-La carretera está cortada- contestó -Pero no te asustes, hay un camino por el bosque que conoce muy poca gente. Vamos a dar un rodeo para evitar la autopista.

-No me asusto, me parece lógico- dijo con confianza.

Jungkook miró a su hermano. Parecía estar distraído, sumergido en sus propios pensamientos. No había hablado desde que dejaron el mirador.

De repente Yoongi frenó el coche.

-¿Ya hemos llegado?- se sorprendió Jungkook.

-Sí. Es por ahí.

El camino que tenían que tomar era estrecho y montañoso. En ese lugar los árboles tenían una altura asombrosa y había mucho follaje.

-Parece un camino de cabras- comentó Seokjin -Y está bien escondido.

-Si no sabes que está ahí, no lo ves- dijo Yoongi -Agarraos bien. Esto va a ser un poco violento.

El mayor de los Min puso el coche en marcha. Cuando las ruedas pisaron el terreno montañoso, el vehículo empezó a moverse bruscamente.

Jimin se sujetó a la manilla de la puerta y Jungkook se agarró al brazo de su hermano. El coche iba a poca velocidad, sin embargo se notaba mucho el balanceo en el interior del automóvil.

Taehyung se despertó de sopetón. Nervioso, agarró la manilla de la puerta con ambas manos. Jungkook soltó una carcajada y le miró con una sonrisa burlona. Le había causado gracia y se lo hizo saber de inmediato. Taehyung, ofendido, le sacó la lengua.

-¿El camino va a ser así hasta Busan?- se quejó el mayor del grupo.

El coche avanzaba seguro pero a paso de tortuga. A Seokjin le estaba sacando de quicio.

-No. Más adelante hay una carretera en buenas condiciones. Luego tenemos que cruzar un puente y a partir de ahí podremos avanzar más rápido.

-¿Cómo conoces este sitio, hyung?

-Lo descubrí por casualidad- le contestó a su hermano.

Yoongi parecía un tipo reservado. No compartía más información de la que era necesaria. Al menos esa era la impresión que tenía Jimin de él.

El viaje por el bosque fue lento y agotador. A pesar de tanto movimiento, nadie se mareó.

Para Jimin todo aquello era surrealista. Ayer por la mañana estaba disfrutando de Daegu y ahora estaba huyendo con tres desconocidos por el monte. ¿Qué sería lo siguiente? Francamente, no quería saberlo.

Cuarenta y cinco minutos duró el suplicio. La alegría fue grande cuando divisaron una carretera común y corriente. Todos suspiraron aliviados.

-Hemos llegado- exhaló Yoongi.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora