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Eran las nueve de la mañana y el maknae seguía tumbado sobre la cama, mirando el techo de su habitación sumergido en sus propios pensamientos.

Jungkook no podía dejar de darle vueltas a lo que había sucedido con Taehyung y en cómo afectaría lo ocurrido a la relación entre ellos.

El menor quería estar a su lado, darle apoyo y seguir siendo parte de su vida, pero no podía cruzar la línea que Taehyung había cruzado con él. No podía hacerlo bajo ningún concepto.

-¿Por qué lo hiciste, hyung?- murmuró con voz ronca -¿Por qué?

Quizá lo hizo por soledad. Quizá Taehyung se sentía tan vulnerable y asustado que confundió la situación e hizo algo de lo que ahora se arrepentía. Jungkook no quería plantearse la otra posibilidad, no quería imaginar que pudiera sentir algo por él.

«Tienes miedo de que le gustes, ¿no es así?»

Jungkook tragó con pesadez. Su estúpida conciencia había dado en el clavo. El maknae no quería seguir centrado en lo que había sucedido, no quería pensar en el roce de sus labios ni en lo suaves que eran.

Solo fue un instante, un momento fugaz, algo que él mismo cortó y aun así no dejaba de revivirlo una y otra vez.

Jungkook se sentó en la cama y sacudió la cabeza como si ese gesto pudiera alejar todos los pensamientos que estaba teniendo.

«Tienes miedo de no poder seguir oprimiendo tu propia naturaleza»

-¡Cállate!- se levantó irritado y caminó hacia el baño. Necesitaba centrarse en otra cosa, no quería seguir pensando en Taehyung y lo mejor que podía hacer para acallar esa molesta voz era darse una ducha fría.

Se quitó la ropa y entró en la ducha. Abrió el grifo, cogió el bote de champú y centró su atención en Jimin.

Anoche pudo escuchar todo lo que le dijo su hermano. No quería hacerse el dormido pero el rubio entró en su dormitorio justo cuando estaba llorando y el menor no quería responder a sus preguntas. En ese momento le habría contado todo y por esa razón decidió callarse.

Jimin había perdido a su novio y no le parecía correcto hablarle de la situación que vivía con Taehyung. ¿Cómo podía hacerle eso? Jungkook sabía que Jimin le necesitaba más que nunca. Necesitaba darle su apoyo y mostrarle afecto, hacerle ver que todavía había algo bueno por lo que luchar.

No necesitaba cargar con sus problemas sentimentales.

Jungkook suspiró molesto. Aunque estaba intentando centrarse en su hermano, Taehyung no dejaba de aparecer por su mente.

El joven salió de la ducha. Volvió a su habitación tras secarse con una toalla y se vistió con unos bóxers verdes, un pantalón vaquero y una camiseta blanca. Al darse la vuelta vio a Mellie estirándose y sacudiéndose encima de la cama. Ni siquiera se había percatado de su presencia.

«Lógico, estabas pensando en T-A-E-H-Y-U-N-G»

Jungkook torció el gesto disgustado. Mellie saltó de la cama y se acercó a la puerta.

-¿Quieres salir?- el maknae vio un papel sobre el suelo, cerca de la patita trasera de la perrita -¿Qué es eso?- lo recogió y luego le abrió a Mellie para que saliera. Jungkook cerró la puerta y se sentó sobre la cama.

«¿Será de él?»

Su corazón se aceleró. Sintió cómo los nervios se apoderaban de su cuerpo. Jungkook abrió el papel y se sorprendió al ver la letra de su hermano.

-¿Hyung?- el menor empezó a leer la carta.

Jungkookie.

Por favor, no salgas corriendo de tu habitación y lee la carta hasta el final. Hasta el final, Jungkook.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora