Evanescente | ¹

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—¿De dónde ha salido eso?— preguntó Yoongi sorprendido.

—¡Oh, es un perro!— Jimin se levantó de la cama y se acercó a Taehyung. El joven de cabello castaño le entregó a la pequeña con cuidado.

—Estaba en el jardín— contestó mirando a su hermano.

—La hemos bañado y alimentado— agregó Jungkook.

—Ahora es parte de la familia— aseguró Taehyung con firmeza.

—¿Y eso quién lo ha decidido?— Yoongi lo dijo en un tono muy serio.

—Lo hemos decidido nosotros— el maknae no se dejó intimidar.

—¿Cómo se llama?— Jimin estaba jugando con las orejitas de la perrita y ella intentaba morderle la mano de forma juguetona.

—Picasso.

—Black Widow.

Ambos contestaron a la vez. El rubio se rió y Yoongi puso cara de desaprobación.

—Sabéis que no podemos quedarnos con ella, ¿verdad?

—¿Por qué? La casa es grande, tenemos muchísimo espacio— protestó Jungkook.

—No se trata de eso, un ser vivo requiere de atención y cuidado. No tenemos mucha comida...

—Hyung, le daré de mi comida— le interrumpió su hermano.

—¡Yo también!

—¿Y dónde va a hacer sus necesidades?— Yoongi miró a ambos —No es un pez, necesita salir.

—Podemos sacarla alrededor de la casa. También puede hacer sus cosas en la azotea— sugirió el maknae —Yo lo limpiaré todo.

—¡Bien pensado!— se animó Taehyung —Nosotros nos ocuparemos de cuidarla, tú no tendrás que hacer nada, será nuestra responsabilidad.

—¿Y dónde va a dormir?

—Puede dormir conmigo— contestaron a la vez.

Jimin se rió, la perrita no dejaba de lamerle la mano.

—Mira, mira— señaló Taehyung —A Picasso le gusta Jimin y a Jimin le gusta Picasso.

—Se llama Black Widow— refunfuñó Jungkook.

—Hyung, míralo, se ve feliz. ¿Quieres quitarle esa felicidad a tu novio? ¿Sabes las consecuencias que podría tener eso para ti?— le susurró al oído —Te podrías quedar sin sexo, hyung. Piénsalo.

—¿Por qué no me traes un café?— contestó con calma —Mientras tanto lo hablaré con Jimin.

Taehyung sonrió de oreja a oreja, su estrategia estaba funcionando. Le hizo una señal a Jungkook y ambos salieron de la habitación en busca del café.

Yoongi se acercó a Jimin y acarició la cabeza de la perrita.

—Eres adorable— dijo sonriendo —¿Cómo pueden llamarte Picasso o Black Widow? Debería echarlos a ellos de casa.

—Esos nombres no son adecuados para ella— contestó Jimin entre risas.

—No tienen sentido común— suspiró.

—¿Por qué les estás haciendo sufrir? Sé que nunca la dejarías sin hogar.

Yoongi le sonrió. A él también le gustaban los perros, eran fieles y cariñosos, mucho más leales que las personas. Se había enamorado del jindo de Seokjin, un perro blanco al que solía pasear cuando iba a visitarle. Por desgracia solo pudo disfrutar durante medio año de su compañía. El animal falleció por culpa de un cáncer, pero Yoongi le recordaba con mucho afecto.