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Todos se levantaron inmediatamente del suelo, todos menos Jimin que no tenía fuerzas para hacerlo. Entre los Min lo alzaron y lo mantuvieron en pie.

Poco a poco las siluetas de las dos personas que caminaban hacia ellos fueron tomando forma. El rubio se fijó en el hombre que iba un poco más adelantado. Era de estatura mediana y debía rondar por los cincuenta años de edad.

—El del micropene— Jimin se mordió el labio al notar que lo había dicho en voz alta.

—¿Eh? ¿Conoces a ese tipo?— preguntó Taehyung sorprendido —¿Cómo sabes que tiene un micropene?

—Siempre es un viejo con micropene, Tae— respondió Yoongi, intentando contener la risa.

Jimin no pudo y hundió el rostro en el hombro de su novio; esa casualidad le había causado mucha gracia.

—Y yo que os tomaba por los serios del grupo— Taehyung sonrió jovial.

Al lado del varón caminaba una joven de entre veinticinco y veintisiete años de edad. Ella vestía, al igual que el hombre, un uniforme azul marino sin insignias de ninguna clase. No parecía un atuendo militar aunque ambos iban armados.

—¿Cómo habéis llegado hasta aquí?— preguntó la mujer de piel blanca y mirada penetrante.

—Mi padre es militar— Namjoon dio un paso al frente, pero sin acercarse demasiado a la valla —Su nombre es Kim Namkyu.

—No conozco a ningún Kim Namkyu— aseguró con expresión fría.

—Que no le conozcas no significa que no exista— apuntó Namjoon sin dejarse intimidar.

La joven de pelo rubio le miró durante varios segundos, luego se dirigió a su compañero.

—Sunbae, ¿te suena el tal Kim Namkyu?

—Hay demasiados militares en este país, no conozco el nombre de todos, Hyojin.

—Hay demasiados militares en este país, no conozco el nombre de todos, Hyojin

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—¿Y Woo Sihyun?

Ese nombre mostró una reacción en el hombre que no pasó inadvertida para el grupo.

—¿De qué le conoces?

—Es un amigo de la familia— contestó Namjoon con serenidad.

El desconocido le miró detenidamente. Esos segundos que pasó en silencio, observando al grupo provocó cierta incertidumbre en los jóvenes.

—¿No nos vais a dejar entrar?— la paciencia de Jungkook se estaba agotando.

—Primero tenemos que comprobar si estáis infectados— dijo el hombre.

—Esto es un medidor— Hyojin mostró un pequeño aparato que sacó de su bolsillo —Un pinchazo en el dedo es suficiente para analizar vuestra sangre.

Jimin no pudo evitar buscar la mirada de Yoongi. El mayor le apretó la mano, intentando tranquilizarle.

—No usarás la misma aguja para todos, ¿no?— Hoseok no lo iba a permitir.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora