Evanescente | ¹

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—Podríamos mirar primero en los pueblos— dijo Jimin —La ciudad debería ser el último recurso. Si ya sufrimos en el puente no me quiero ni imaginar lo que sería pisar el centro de Busan.

—Pero ahora estamos armados— contestó Jungkook —Sería diferente.

—Solo somos cuatro y en Busan hay tres millones y medio de habitantes. Por muy armados que estemos, ir allí puede costarnos la vida— los Park miraron a Yoongi —Por eso es nuestra última opción. Si nos quedamos sin comida y no encontramos nada en los alrededores, tendremos que ir allí.

—¿Tenemos suficiente gasolina?— preguntó Jimin.

—Sí. No nos da para hacer un viaje muy largo pero para ir y volver nos alcanza sin problemas.

—Bien. Entonces es mejor no utilizar el coche y reservar la gasolina.

—¿Podemos irnos ya?— preguntó Jungkook. El maknae se estaba impacientando. Quería salir a limpiar el bosque con Yoongi —Cuando hagas inventario lo decidiremos pero por ahora deberíamos centrarnos en el presente y no en lo que pueda suceder en meses.

—De acuerdo— contestó su hermano.

—Bien— Jungkook tocó el brazo del mayor —Vámonos.

—No tan rápido— Jimin le miró con seriedad —Jungkook, quiero que hagas todo lo que te diga Yoongi hyung. No seas insensato, imprudente y descuidado.

—Hyung, sabes que todos esos sinónimos significan lo mismo.

—Y todos te describen a la perfección.

—Eres muy exagerado— el maknae torció la boca —No tengo cinco años, sé defenderme bien. Ya he matado y no tengo miedo de hacerlo.

—Sé que eres valiente y sé que no dudarías en matar a un infectado, lo que me preocupa es que te confíes demasiado y acabes convirtiéndote en uno.

—Eso no va a pasar— le dijo convencido —No haré ninguna tontería— levantó la mano —Te lo prometo, hyung.

—Vale— Jimin suspiró y se acercó a la cocina —Es mejor que os llevéis un par de cuchillos.

—¿Para qué?— preguntó Jungkook extrañado —Ya tenemos las katanas.

—Podríamos perderlas en una pelea o encontrarnos con un gran número de infectados y necesitar de otra arma— le explicó Yoongi.

—Y por eso tú eres el jefe— Jimin le dio un cuchillo a su amigo y luego miró al maknae —Y tú no. Si vas a salir con Yoongi hyung aprende algo de él.

—Sí— refunfuñó —¿Puedo ponerme las zapatillas?

—Ve.

El chico contempló por unos segundos el cuchillo que le había entregado su hermano y a continuación salió al recibidor.

—¿Crees que soy muy exagerado?

—Creo que le quieres mucho y que su seguridad es lo que más te importa— Yoongi le miró a los ojos —Y también creo que es tu deber como hermano mayor hacerle entender ciertas cosas.

—Ya— Jimin se masajeó la sien —Ser el hermano mayor no es fácil.

—No, y mucho menos en un país lleno de infectados.

—Ten cuidado, hyung.

—No te preocupes, cuidaré bien de Jungkook.

—No— el menor le miró a los ojos —Quiero decir que tú también tengas cuidado.

—Lo tendré— Yoongi le sonrió y salió detrás del maknae.

Jimin suspiró. Ahora su vida iba a estar siempre llena de incertidumbre. Cada vez que uno dejaba la casa podría no volver. Debía adaptarse a esa nueva realidad y debía hacerlo cuanto antes pero no era fácil. Se pasó la mano por el cabello y siguió a su amigo.