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Yoongi contempló el cielo estrellado con cierta inquietud. Si el padre de Namjoon tenía razón, a partir de mañana los militares se ocuparían de todo. Solo tendrían que hacer un último esfuerzo para llegar hasta la base militar y dejarles el resto a ellos.

Por una parte resultaba liberador dejar de cargar con tanta responsabilidad, pero por otra parte era preocupante poner la vida de los suyos en manos de unos desconocidos.

El despertar de los infectados lo había causado el gobierno de Corea del Sur, por lo tanto, los militares no tenían las manos limpias.

«¿Cómo puedo confiar en ellos? ¿Y si resulta que el remedio es peor que la enfermedad?»

Yoongi no sabía si podría acatar las órdenes de otros y limitarse a ser un simple espectador. Habían pasado muchas cosas en los últimos meses y la tensión por sobrevivir se había instalado en él de una forma permanente.

Un cuerpo desnudo se apretó a él por la espalda. Jimin le dio pequeños besos sobre el hombro, sacándole inmediatamente de sus pensamientos.

—Vuelve a la cama— pidió con voz ronca —No me gusta dormir solo.

—Lo siento— Yoongi se dio la vuelta —No podía dormir.

—¿Y qué te quita el sueño? Mmm, espera, no lo digas. El viaje de mañana y lo que nos podríamos encontrar allí.

—Me conoces muy bien— Yoongi deslizó la mano por su brazo y la posó sobre su cintura —Es peligroso.

—Lo sé— le miró menos adormilado —Pero lo hemos estudiado todo a fondo. Sabemos cómo llegar y si no nos convence lo que nos puedan ofrecer, volvemos a casa y buscamos otra forma de sobrevivir.

—Suena lógico pero bien sabes que sobrevivir por nuestra cuenta nos está costando. Aunque no nos guste lo que nos puedan ofrecer, quizá sea la única forma de seguir con vida.

Jimin meditó sus palabras.

—Son militares, ¿no? Se supone que tienen que proteger a los ciudadanos.

—Se supone, tú lo has dicho— Yoongi torció el gesto.

—Cielo, sé que estás en tensión por todo lo que hemos vivido. Nos hemos topado con gente mala y es normal desconfiar, pero puede que esta vez tengamos suerte.

—¿Por qué eres tan optimista?

—Porque te creí muerto y ahora estás aquí conmigo— apoyó la frente sobre la suya —Estamos juntos, tú, yo, Jungkookie y TaeTae... Y ahora hasta tenemos amigos que nos ayudan a salir adelante. ¿Cómo no voy a ser optimista?— sonrió —Me siento con más confianza que nunca.

—Siempre sabes cómo calmarme— aseguró antes de tomarle de la nuca y besarle.

—Ven a la cama, Yoongi— susurró sobre sus labios —Quiero mimos.

—Ahora voy.

Jimin le dio otro beso antes de volver a la cama. Yoongi observó cómo se acomodaba entre las sábanas; luego volvió a contemplar el cielo.

Era normal sentir preocupación por lo que podría ocurrir mañana, sus vidas estaban en un cambio constante y él se sentía responsable por cada una de ellas. Pero su novio tenía razón, de nada servía ponerse en lo peor. El padre de Namjoon no enviaría a su hijo hacia una trampa y si los militares conocían al Señor Kim entonces estarían a salvo.

«El sistema es una mierda pero ojalá siga habiendo honor en las personas»

—Yoongi, como no vengas ahora mismo me tiraré al primer militar que salga de esa maldita base— le amenazó.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora