55

63.2K 8.3K 5.1K
                                    

Ver a Yoongi con la corbata en la mano y escucharle decir esas palabras le estaba poniendo muy caliente. Jimin necesitaba tocarse, aliviar la erección que tenía y debía hacerlo cuanto antes.

—¡Ni se te ocurra! Como te toques, te quedas sin sexo.

—¿Qué?— se detuvo y alejó la mano —¡Tú no harías eso!

—Ponme a prueba.

Jimin titubeó. Su mirada penetrante era seria, demasiado seria para tomársela a broma. No quería jugar con eso. Suspiró derrotado y se dejó caer en la cama.

Yoongi sonrió satisfecho. Le gustaba la idea de ver a Jimin masturbándose delante de él, de hecho le daba muchísimo morbo, pero no podía dejarle hacer eso, no cuando tenía otros planes para él.

—Siéntate— dijo al volver a la cama.

Jimin obedeció sin protestar. Estaba convencido de que le iba a vendar los ojos y estaba impaciente porque lo hiciera.

Yoongi agarró al chico de las muñecas y le ató las manos a la espalda.

—¿Qué haces?— dijo sorprendido.

—¿No te gustan los juegos?— le miró a los ojos y sonrió de manera perversa.

Jimin tragó saliva. Lo que pretendía hacer le parecía incluso mejor.

—Hyung, duele— se lamentó —Me has atado muy fuerte.

—Jimin— le cogió de la barbilla —¿No te tengo dicho que mientes muy mal?

—No miento, hyung— se mordió el labio. ¿Por qué no conseguía mentirle?

Yoongi sonrió y le apretó contra el colchón. Luego se inclinó sobre él y le quitó los calzoncillos. El pene de Jimin no pasó desapercibido. Yoongi se humedeció los labios al verlo, quería chuparlo y lamerlo pero no debía, todavía no.

Miró al menor detenidamente. Estaba tumbado boca arriba, completamente desnudo, con las manos atadas a la espalda y el vendaje cubriendo su tobillo. Ni en sus mejores sueños se lo había imaginado así.

—Hyung...— dijo impaciente.

—¿Y ese tono? ¿Es que tienes prisa?— preguntó jocoso.

—Eres rencoroso— hizo un puchero.

—Jimin, lo bueno se hace esperar— Yoongi recogió el lubricante que había dejado caer el menor al suelo y lo abrió sonriendo —Flexiona las piernas.

Jimin hizo lo que le dijo. Estaba inquieto y ansioso mirando cómo Yoongi se echaba un poco del gel sobre los dedos y lo extendía con calma.

—¿Qué vas a hacer con eso?

—¿Tú qué crees?— le preguntó arqueando una ceja.

Yoongi dejó el lubricante encima de la mesilla y se acomodó a su lado. Pasó la lengua por el pene del rubio provocándole un leve temblor por todo el cuerpo. Luego acarició los testículos con suavidad y estimuló el perineo antes de introducir el dedo índice por el ano del menor.

El sonido que se escapó de los labios de Jimin al notarlo en su interior fue de puro placer. Yoongi no apartó la mirada de él mientras estimulaba la próstata con caricias y pequeños golpecitos. Quería darle el mayor placer posible, ese era su deseo pero necesitaba comprobar si al rubio le gustaba lo que le estaba haciendo.

Y por la expresión de su cara parecía que sí, que lo estaba disfrutando.

Yoongi salió de su interior para explorar otras zonas. Tocó sus muslos, acarició de nuevo los testículos, lamió el pene y regresó otra vez al ano, proporcionándole un deleite muy intenso.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora