80

57.6K 7.9K 22.7K
                                    

Jimin estaba caminando a través del bosque, pensando en la conversación que había mantenido la noche anterior con Taehyung. Su amigo se encontraba en un estado emocional muy inestable y por esa razón no podía llevarlo con él. Tampoco se atrevía a dejarlo solo, no después de saber cómo se sentía.

Jungkook habría querido acompañarlo a Busan pero la presencia del maknae era vital para Taehyung.

Aunque Jimin desconocía los sentimientos de su hermano, tenía la sensación de que Jungkook sentía algo por él. Sobre todo si echaba la vista atrás y analizaba algunos momentos entre ellos.

«Si pasan unos días a solas quizá suceda algo»

Jimin se detuvo para sacar una barrita energética de la mochila. Tiró el envoltorio dentro y se la volvió a colgar a la espalda, luego se quitó la mascarilla negra y siguió su camino.

—¿Qué te parece, Yoongi?— dijo masticando la barrita de nueces —Tu hermano y el mío... ¿Lo veías venir o también estás alucinando? No, seguro que estás alucinando.

Jimin quiso sonreír pero no pudo. Hablar de Yoongi con los demás le resultaba imposible pero hablar con Yoongi, pensar que le estaba observando, que estaba con él y le escuchaba, verlo de esa manera le daba un poco de consuelo.

Su estómago rugió con fuerza al tragarse el último trozo de la barrita. Todavía tenía hambre pero no podía comer más de la cuenta. No sabía cuanto tiempo tardaría en encontrar alimentos ni tampoco conocía el tiempo que le llevaría regresar a casa.

«Tengo que soportar el hambre, tengo que soportarlo»

Se colocó la mascarilla negra sobre la boca y siguió caminando hasta toparse con dos infectadas.

La mujer que tenía más cerca llevaba una vestimenta de oficina. Jimin desenvainó la katana y caminó hacia ella. Esquivó su ataque sin dificultad y le cortó la cabeza con un movimiento rápido. La adolescente que se le acercó por la espalda no le tomó por sorpresa. Su pierna derecha estaba completamente destrozada, por lo que no podía moverse con facilidad.

«¿Habrá tenido un accidente de tráfico?»

El rubio no le quiso dar demasiadas vueltas. Analizar a los infectados que se encontraba a su paso no servía de nada. El hermano de Jungkook la decapitó con un corte limpio.

—¡Bien hecho!

Jimin iba a guardar el sable japonés cuando escuchó una voz muy familiar. El chico dudó por un instante pero se dio finalmente la vuelta para comprobar si se lo había imaginado.

El joven que tenía enfrente vestía una camiseta negra con una hoja de marihuana en el centro. El pantalón de deporte holgado y de color blanco mostraba la frase «High As Fuck» sobre la pierna derecha.

Jimin soltó la katana.

«¿Estoy soñando otra vez o me he vuelto completamente loco?»

La suave brisa que llevaba toda la mañana moviendo las hojas de los árboles había cesado, creando un silencio sepulcral en el bosque. El sol se escondió parcialmente detrás de las nubes, dibujando varias sombras entre él y el joven de cabello negro que le miraba fijamente a los ojos.

El cuerpo del rubio empezó a temblar. Su respiración se agitó descontroladamente.

«Estás soñando, no te confundas, estás soñando»

Pero Jimin ignoró lo que le decía la vocecita de su cabeza y corrió hacia el chico que también se apresuró para tomarlo entre sus brazos.

—Te he echado de menos— dijo Yoongi estrechando su cuerpo con intensidad —Dios, te he echado muchísimo de menos.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora