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Jungkook se había quedado dormido con la cabeza apoyada sobre el sofá. En los últimos días apenas pudo pegar ojo y entre el cansancio físico y mental, su cuerpo le pedía más horas de sueño.

Taehyung llevaba un rato contemplando el rostro del maknae. Por las noches Jungkook trasnochaba con él, se pasaba horas caminando entre la habitación de Jimin y el salón, cuidando de ambos. El joven de Daegu le dijo muchas veces que no hacía falta, que podía quedarse a dormir con su hermano, pero el menor no le hizo caso.

Por eso, al ver que estaba dormido se quedó quieto; no quería despertarle, su amigo estaba agotado y necesitaba descansar.

Mellie, que llevaba con ellos un buen rato, saltó del sofá y se sacudió. El mayor la observó caminar hacia las escaleras. Se sentó sobre sus patitas traseras y esperó con paciencia.

«¿Qué hace?»

A los pocos segundos apareció Jimin por las escaleras.

—¡MinMin!— Taehyung le miró muy sorprendido.

Jungkook abrió los ojos al escuchar la voz de su amigo. Tenía el sueño ligero y se despertaba con cualquier ruido, por menor que fuera.

—¡Jungkook, mira!

El maknae contempló los ojos del joven. Hacía días que no veía ese brillo en su mirada. ¿Por qué parecía contento? Ladeó la cabeza hacia donde señalaba y vio a Jimin; su hermano estaba en el salón, vestido completamente de negro.

—¿Hyung?— se levantó del suelo de sopetón —¡Hyung!— Jungkook corrió hacia él y le abrazó con fuerza —¡Por fin te has levantado!

Jimin le dio varios golpecitos en la espalda, antes de separarse de su hermano menor.

—Siento haberte preocupado.

—No, lo importante es que has vuelto— Jungkook lo miró detenidamente. A pesar de que llevaba una mascarilla negra cubriéndole la boca, se notaba su expresión seria. La voz del joven también sonaba diferente, mucho más profunda que de costumbre.

Mellie no paraba de saltar contra su pierna, intentando llamar la atención del rubio. El chico se agachó y la acarició detrás de las orejas, consiguiendo así que se tranquilizara.

—¿Has comido?

Jimin alzó la vista y vio a Taehyung ante él. Se levantó y antes de poder contestar a su pregunta ya le tenía encima, abrazándole con firmeza.

—Sí— se separó de él —Estaba muy bueno.

—Claro— sonrió —Lo aprendí de ti.

Jungkook les miró con un sentimiento agridulce. Jimin estaba con ellos, estaba hablando y se había aseado pero no parecía el de siempre. Desprendía un aura diferente y su actitud tampoco era la que conocía.

¿Volvería a ver al Jimin que tanto quería? Quizás con el tiempo, aunque Jungkook no lo tenía tan claro.

Mellie le llevó su peluche favorito y el mayor se dio la vuelta para cogerlo. En ese momento asomó la pistola que llevaba a la espalda, metida por dentro del pantalón.

—¿Y eso?— preguntó Taehyung sorprendido —¿A dónde vas?

—Al bosque— contestó sin darse la vuelta.

—¿Con una pistola?— dijo Jungkook alterado —¿Es que quieres suicidarte?

Jimin se giró hacia su hermano y le miró a los ojos. Su expresión seguía igual, era demasiado seria y fría para ser él.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora