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Yoongi y Jimin dormían abrazados sobre la cama de Jungkook. Mellie estaba acomodada a los pies de la pareja, soltando de vez en cuando algún pequeño gruñido. La perrita parecía estar soñando con algo, hasta que los gritos procedentes del pasillo despertaron a la Shiba Inu, que se alzó rápidamente y comenzó a ladrar.

—¿Qué pasa?— murmuró Yoongi adormecido —¿Por qué ladras?— el mayor encendió la luz antes de levantarse de la cama.

Jimin tardó unos segundos más en responder. Tenía el sueño tan profundo, en parte por los calmantes, que no logró reaccionar tan rápido como su novio.

Una joven irrumpió en el dormitorio visiblemente alterada. La chica de cabello negro cerró la puerta dando un fuerte golpe. Yoongi la reconoció al instante; era Yerin, su compañera de trabajo.

—¡Oppa!— gritó asustada —¡E-Están aquí! ¡Están por todas partes!

Jimin cogió a Mellie en brazos. La perrita seguía ladrando, no solo debido a la intrusa, sino también por el sonido ensordecedor de una alarma.

—¿Quiénes?— preguntó Yoongi, inquieto por su estado de nervios. Al detectar un arañazo en su antebrazo, supo la respuesta.

Yerin se percató de su mirada y bajó la vista.

—No— la joven ni siquiera se había dado cuenta —No quiero morir... ¡No quiero ser uno de ellos!— negó con la cabeza, al borde de las lágrimas —¡No! ¿Por qué yo?

—Yerin, cálmate— el mayor alzó ambas manos —Yerin, mírame a los ojos.

La luz se apagó de repente, imponiendo una densa oscuridad en el cuarto.

—¿Yerin? ¿Yerin, sigues ahí?— Yoongi no obtuvo respuesta, lo que creó aún más tensión en él —¡Jimin, ten mucho cuidado! ¡Se está convirtiendo!

—¡En el armario están las katanas!— el rubio intentó llegar hasta la llave de la luz pero de camino tropezó contra algún objeto; la perrita aprovechó la ocasión y saltó de sus brazos —¡No! ¡Mellie ven aquí!

La angustia en la voz del rubio, los ladridos de la Shiba Inu, el sonido infernal de la alarma, la oscuridad a la que estaban sometidos, todo aquello provocó una enorme ansiedad en Yoongi.

Cuando la luz de emergencia envolvió la habitación de un tono rojizo, Yerin estaba a pocos centímetros de Mellie. La chica mostraba claros signos de putrefacción y unos ojos plagados de hambre.

Jimin empujó a la joven contra la pared y acto seguido agarró a Mellie para alejarla del peligro. Yerin se llevó un buen golpe que, como era de esperar, no impidió que volviese a por su presa. El rubio se subió encima de la cama de Taehyung mientras la muchacha rodeaba el lecho con la vista sobre ellos.

Yoongi se acercó sigilosamente por la espalda y le atravesó el cráneo con el filo de la katana. Luego retiró el sable y agarró el cuerpo sin vida de su compañera, antes de que cayese al suelo.

Jimin soltó a Mellie y le ayudó a dejarla sobre la cama de Jungkook.

—Lo siento mucho— el menor abrazó a Yoongi.

—Era una buena chica— contestó afligido —No se merecía esto...

—Mi amor, perdóname por ser tan insensible pero tenemos que ver qué está pasando.

El mayor apartó la vista de la joven y se centró en su novio.

—Yerin ha dicho que están por todas partes, así que debemos suponer que el búnker está plagado de infectados.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora