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Hoseok estaba aterrorizado, como cualquier persona común y corriente en una situación similar. Lo único que le impedía ceder ante el miedo era su mejor amigo. Si se quedaba paralizado, el menor estaría en peligro porque si algo sabía a ciencia cierta, era que Namjoon nunca abandonaba a los suyos.

«No es para tanto, Hobi. Solo son un puñado de monstruos espeluznantes intentando comerte vivo. No hay de qué preocuparse»

—¡Mierda! ¡Joder!— gritó antes de echar a correr —¡No me comáis, malditos!— Hoseok pegó un salto tan fuerte que logró agarrar la madera con ambas manos.

Los infectados del pantano estaban tan impacientes por probar su carne que hicieron un círculo bajo sus pies, esperando como pirañas ansiosas a que su presa cayese al agua.

—¡Por favor! ¡Ayuda!— chilló histérico —¡Me van a comer!

Yoongi y Jungkook no les dieron ese gusto. Subieron al pelirrojo encima del puente, dejándolo caer de rodillas sobre la madera.

—¡Oppa!— Eunha abrazó a su amigo inmediatamente.

Hoseok apoyó el rostro sobre su hombro, aún luchando por recuperar la compostura.

—¡Cuidado!

La voz de Jungkook cortó los pocos segundos de calma que tuvieron. Una infectada se había colado por el puente y estaba a punto de alcanzarles. Yoongi se adelantó al maknae y la mató de un hachazo en la cabeza. Con una patada la devolvió al pantano.

La sorpresa de encontrarse con un muerto viviente en el puente hizo que el mayor mirase hacia los suyos. Algunos infectados habían llegado desde el bosque, complicando la situación para Jimin y Taehyung.

El rubio le clavó el cuchillo a un niño en el cráneo, girando inmediatamente sobre sí mismo para partir a una mujer en dos. No tuvo tiempo de tomar aire, una horda de infectados les había alcanzado desde el interior del bosque y si no los eliminaba rápidamente, el escenario se podría poner incluso peor.

El hermano de Jungkook alzó la mirada buscando a Taehyung. El joven se encontraba un poco alejado, cerca de donde habían aparcado el vehículo. Parecía estar en apuros, por lo que Jimin decidió ir en su ayuda.

Desafortunadamente dos infectados le cerraron el paso. El chico recuperó el cuchillo del cráneo del niño y se lo clavó al más alto por debajo de la barbilla. Cuando se disponía a decapitar al otro, una infectada le sorprendió por un costado.

Jimin consiguió bloquear el mordisco con la katana y alejar al otro tipo de una patada. Aunque quería ir con Taehyung, el número de esos seres no dejaba de aumentar. Cuando se liberaba de unos, otros ocupaban su lugar por lo que se vio incapaz de avanzar.

—¡Tenemos que irnos!— vociferó Yoongi, después de ver todo el percance.

—Llévatelos y ayuda a los demás— pidió Namjoon mientras mataba a varios infectados que intentaban arrastrarlo hacia el agua.

—¡No!— el pelirrojo no quería irse sin él —¡No vamos a abandonarte!

—Solo tengo que dar un salto— le quitó hierro al asunto —No es para tanto. Iros ya.

Yoongi se fijó en el todoterreno; estaba a punto de ser engullido por el pantano. Namjoon y él intercambiaron una breve mirada que Hoseok no fue capaz de interpretar. El mayor sabía lo que quería, sabía lo que pretendía, pero no estaba dispuesto a dárselo.

—Jungkook, llévalos al coche— ordenó —Yo me quedaré con él.

—No, yo no pienso...

—Si quieres ayudar a Namjoon vas a hacer lo que te digo— Yoongi no dejó hablar a Hoseok —Nosotros os seguiremos en cuanto podamos.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora