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Namjoon y Hoseok veían la escena, al igual que los demás, resguardados entre los árboles. El menor deslizó el brazo por los hombros del joven y lo apretó contra su pecho. Su rostro estaba tan pálido que Namjoon temió que fuera a desmayarse.

Las piernas del pelirrojo apenas lograron sostenerle. El primo de Jimin se arrodilló con él sobre el terreno, arropándolo entre pequeños llantos.

Eunha lloró abrazada a Mellie, incapaz de mantenerse firme ante la pérdida de sus amigos. Sooyoung buscó consuelo entre los brazos de Jihoon, y Jihyo se quedó estática, observando cómo Yoongi y Jimin gritaban inconsolables delante del refugio al que devoraban las llamas.

—¡No puedo más!— sollozó el rubio atormentado —¡No quiero vivir más! ¡No quiero!

Yoongi no pudo contradecir a su pareja. Él tampoco se veía capaz de seguir en un mundo sin su hermano; ni siquiera podía imaginar una vida sin Jungkook.

—¡Quiero morir!— continuó desesperado —¡Quiero irme con ellos!

—¿Por qué dices eso, hyung?

Ambos levantaron la cabeza al oír la voz de Jungkook. El maknae estaba inclinado, mirándoles con suma preocupación. Taehyung permanecía detrás de él, con una expresión similar a la de su novio.

—¿Qué ocurre?— el castaño desvió la vista hacia los demás —¿Por qué nos miráis así?— preguntó contemplando las caras desencajadas de sus amigos.

Jimin aguardó como si no estuviese seguro de lo que estaba viendo. Los menores tenían la ropa y el rostro manchados de tierra y también eran visibles algunas heridas leves.

Yoongi se levantó apresuradamente del suelo y lo abrazó de sopetón. Taehyung se mordió el labio inferior al oír el terrible llanto de su hermano. El cuerpo del mayor temblaba con tanta fuerza, que esa reacción tan atípica en él, le encogió el corazón.

Jimin, a diferencia de su novio, no recibió a Jungkook con caricias. El rubio le lanzó un derechazo que el maknae supo bloquear entre sorpresa y angustia.

—¡Tienes prohibido morirte antes que yo!— lo agarró de la camisa y lo zarandeó —¡Yo nací antes que tú, así que debo morir antes que tú!— Jimin rompió a llorar, pero esta vez fue diferente; esta vez fue de puro alivio —¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Soy el mayor... ¡¿Quieres hacerme caso?!

—No me voy a morir— Jungkook lo abrazó con todas sus fuerzas —No llores, hyung.

Taehyung los unió a los cuatro en un abrazo grupal, en el que Yoongi no tardó en achuchar al maknae y Jimin a su mejor amigo. Tampoco faltó Mellie en el reencuentro. La perrita saltó y ladró emocionada al lado de sus «papás».

Los demás observaron la escena entre lágrimas de felicidad. Hoseok se apoyó en Namjoon, todavía algo desbordado por sus emociones. El menor lo tomó de la mano, consciente de lo afortunados que eran de encontrarse todos a salvo.

Dos furgones negros aparecieron súbitamente a treinta metros de ellos.

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!— Jackson se asomó desde la ventanilla y les hizo una señal con la mano —¡Moveros de una puta vez!

Namjoon le reventó la cabeza a dos podridos para que Hoseok, Eunha, Jihyo y Jihoon pudieran alcanzar el vehículo. La joven de Seúl se enfrentó a una infectada justo antes de llegar al furgón. El cráneo de la mujer de mediana edad se partió por la mitad, dejando una grimosa estampa.

Namjoon se sintió como un hermano orgulloso al verla luchando sin miedo.

Los cuatro se acomodaron en la parte de atrás, nerviosos por el fuego, pero también por el número de podridos que iba aumentando. Jackson no puso el vehículo en marcha hasta que Namjoon se sentó a su lado.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora