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Jungkook se despertó por sí mismo. Había dormido como una piedra durante toda la noche y ni la claridad del día le había sacado de su profundo sueño.

Se estiró en la cama y notó su cuerpo muy relajado. Todavía le quedaba algo de cansancio de la paliza que se había dado ayer, pero no sentía los músculos tensos ni agarrotados.

El maknae estaba demasiado a gusto en la cama y no quería levantarse. Se dio la vuelta para seguir durmiendo y se encontró con Taehyung, tumbado a su lado.

-¡¿Pero qué...?!

Jungkook se rascó la cabeza. ¿Por qué Taehyung estaba durmiendo en la cama de su hermano? En ese momento cayó en la cuenta de que se había quedado frito durante el masaje que le había dado el mayor.

No era su amigo el que estaba durmiendo en la cama equivocada.

El maknae estudió el rostro de Taehyung. Dormía plácidamente y su cara tenía una expresión suave. Sus labios parecían esbozar una leve sonrisa.

«¿Con qué estás soñando?»

Jungkook le observó durante un momento. Desde que le había visto por primera vez, Taehyung le había parecido un chico muy atractivo. Tenía un rostro que llamaba la atención, no podía negar eso.

Pensó en lo diferente que se veía de su hermano. Yoongi tenía una piel muy blanca en cambio la de Taehyung parecía besada por el sol.

¿A quién se parecería físicamente? ¿A su madre o a su padre?

Su personalidad también era bastante única. ¿Cómo había terminado durmiendo al lado de ese chico? ¿Cómo podían haber cambiado tanto las cosas?

Miró el pequeño lunar que tenía en la punta de la nariz. En ese instante Taehyung se dio la vuelta.

Jungkook se sobresaltó. ¿Por qué seguía mirándole? Si se hubiera despertado en ese momento, habría sido una situación muy extraña.

Jungkook notó que el joven no estaba tapado. El maknae se había quedado dormido sobre las mantas. ¿Lo había tapado con su parte?

«¡Tonto! ¿Por qué no has sacado una manta del armario? No hagas cosas innecesarias»

Jungkook puso una mueca de malestar pero en su interior se había alegrado. El chico tenía razón, se habían hecho amigos. A esas alturas ya no lo podía negar. Había comenzado a sentir afecto por ese pesado.

El maknae se levantó de la cama. Ya estaba despejado y no tenía sentido seguir ahí tumbado. Miró el reloj que tenía en la mesilla.

«¡Las doce! ¡Qué tarde!»

Había dormido aproximadamente dieciséis horas.

Se volvió a rascar la cabeza mientras miraba a Taehyung. ¿Debería dejarlo ahí o llevarlo al salón? Si lo dejaba en la cama terminaría bajando por las escaleras a saltos. ¿Y si se caía? Era demasiado peligroso y no tenía ganas de recibir reproches por parte de Jimin y mucho menos por parte de Yoongi.

Decidió bajarlo en brazos. Total, estaba dormido y si iba con cuidado no se enteraría. Luego le echaría los perros, lo sabía, pero podría soportar su estúpida rabieta. Lo importante era su salud.

Se acercó al chico y lo levantó por la espalda y por los muslos. Taehyung no se despertó.

Jungkook caminó a paso lento hasta la entrada de la habitación. La puerta se había quedado abierta así que salió sin ningún inconveniente.

Cuando llegó a las escaleras empezó a bajar los escalones con cuidado. Todo parecía ir bien. Le quedaban cinco escalones para llegar al salón. Lo tumbaría en el sofá y se pondría a hacer el desayuno.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora