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El rostro de Jimin fue lo primero que vio Taehyung al abrir los ojos. El rubio dormía a un costado de la cama, situación que sorprendió mucho al menor de los Min. El joven no recordaba haberse quedado dormido en la habitación de su hermano.

«Ay Dios. Si MinMin está aquí...»

Taehyung se dio la vuelta lentamente, repasando mentalmente todas las oraciones que conocía. Si Yoongi seguía durmiendo podría escapar, solo debía deslizarse sigilosamente por el colchón para poder huir sin un rasguño.

Al girarse se encontró con la mirada penetrante del mayor.

—B-Buenos días, hyung— Yoongi no le contestó, se limitó a mirarle con cara de póker —Eh... Te preguntarás qué hago aquí, ¿no? Verás... Yo no quería quedarme a dormir... No estoy diciendo que no se duerma bien en tu cama, de hecho es fantástica— recalcó para no ofenderle —Pero, eh, no era mi intención meterme entre vosotros... No quiero decir que podría meterme entre vosotros— la expresión de Yoongi era tan seria que Taehyung perdió el hilo —Yo solo... Lo siento, hyung.

—Tae— le dio un leve golpe en la frente —No seas tonto, no estoy enfadado porque te hayas quedado a dormir.

—¿Ah, no?— se frotó la frente —¿De verdad?

—Claro que no. Eres mi hermano. No importa con quién esté, tú siempre serás importante para mí.

La sonrisa de Taehyung fue tan deslumbrante que suavizó inmediatamente la expresión de Yoongi. El chico lo abrazó efusivamente. A pesar del repentino ataque de amor, se dejó envolver por los brazos del menor.

Yoongi desvió la mirada hacia Jimin, encontrándose con los ojos risueños de su novio. El rubio movió la boca, mostrando un claro «os dejo solos» que el mayor captó de inmediato.

Jimin se levantó de la cama con cuidado para no interrumpirles pero Taehyung detectó el movimiento y soltó rápidamente a su hermano.

—¡Buenos días, MinMin!

—Ah, eh, buenos días— se dio la vuelta un poco avergonzado por no haber sido capaz de salir de allí a hurtadillas —Yo voy a... Voy a darme una ducha— fue la única excusa que se le ocurrió en ese instante.

—Oh, entonces os dejo solos.

Taehyung hizo ademán de levantarse pero Yoongi lo agarró del brazo y tiró de él hacia la cama.

—Tú te quedas aquí conmigo— la sorpresa se dibujó sobre el rostro del menor —Jimin tiene cosas que hacer— miró hacia su pareja —No te olvides de la ropa.

El rubio estaba a punto de salir de la habitación sin ella. Cogió el pantalón vaquero y la camisa granate de manga corta y abandonó el dormitorio acompañado de una pequeña risita.

—¿Pero no se iba a duchar?— preguntó desconcertado.

—Tae, tenemos que hablar— su actitud se tornó más seria.

—¿Eh? ¡Oh! Esto es una encerrona, ¿no?— le señaló con dedo acusador —Debí haberme dado cuenta. MinMin no sabe disimular— bufó —Me vas a dar la charla por algo, ¿cierto?

Yoongi se sentó sobre la cama. En realidad no iba a tocar el tema a primera hora de la mañana, prefería hacerlo después de comer, pero ¿qué importaba? Estaban a solas y era una buena ocasión, como cualquier otra. Además le había prometido a Jimin solucionarlo cuanto antes y él siempre cumplía con su palabra.

Taehyung le miraba expectante, por lo que decidió soltarlo sin rodeos.

—Así que te gusta Jungkook.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora