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Jungkook miró a su hermano de reojo. El rubio seguía sin decir ni una sola palabra. Desde que dejaron el centro comercial tenía la mirada perdida y estaba abrazando la mochila de Yoongi.

El maknae no sabía qué decirle. ¿Acaso las palabras ayudarían a mitigar su dolor? No, desde luego que no y el menor lo sabía, pero la condición de Jimin le tenía muy preocupado. Parecía seguir en estado de shock y no reaccionaba con nada.

«Su novio acaba de morir de la forma más cruel posible. ¿Qué esperas?»

Jungkook volvió a poner la vista sobre la carretera. No conseguía olvidarse del sonido que escuchó a través de la puerta. El sonido de un grupo devorando y masticando le penetraba en la mente como un taladro.

«No es justo. Lo que le ha pasado no es justo»

Jungkook intentó centrarse en lo que tenía enfrente. Era difícil ver a través del parabrisas agrietado y manchado con restos de infectados, pero debía estar atento, no podía arriesgarse a tener un accidente.

Bajó la mirada para ver cómo estaba el marcador de combustible. Al fijarse en la aguja recordó las palabras de Yoongi. El mayor le había prometido enseñarle a vaciar el deposito de un coche a la vuelta.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar en ello. Jungkook intentaba mantenerse fuerte por Jimin, pero el dolor que sentía en su corazón era abrumador. Rodeó el tronco que obstaculizaba el camino y frenó el coche a un lado de la carretera.

El joven necesitó un momento para calmarse. Tenía una enorme presión en el pecho que no le dejaba conducir con seguridad. Se limpió las lágrimas con el brazo y miró a Jimin. No había cambiado nada en él, seguía ausente.

—Lo siento mucho, hyung... De verdad, lo siento mucho...

Jungkook no pudo más. Agarró a Jimin del brazo derecho, lo atrajo hacia su cuerpo y le abrazó con fuerza. El menor necesitaba darle un abrazo, necesitaba consolar a su hermano y al mismo tiempo necesitaba recibir un poco de consuelo.

—Yo también le quiero... Es... Era un amigo muy importante para mí...— sollozó —Sé que me odias por haberte sacado de allí pero... Él me hizo prometerle que si algo se torcía te llevaría a casa... Yoongi hyung solo quería ponerte a salvo— se separó de él y le miró a los ojos —Hyung... Háblame, grítame, pégame, pero por favor, vuelve.

No hubo reacción.

—Hyung, te lo suplico— dijo entre un mar de lágrimas —Por favor, di algo.

Una infectada se pegó a la ventanilla del coche y golpeó el cristal. Jungkook se sobresaltó por el ruido. Al darse la vuelta y ver a la infectada, palideció. Conocía a esa persona, le había perdonado la vida horas atrás.

—¿Hyuna...?

La chica tenía un mordisco en el cuello. El excesivo maquillaje que llevaba se había corrido y a pesar de su aspecto grotesco, su piel todavía estaba bastante fresca en comparación con la de otros infectados.

Jungkook se fijó en sus ojos inyectados en sangre. La joven intentaba morder el cristal, traspasarlo para echarse sobre él y devorar su carne. Otro ser golpeó la ventanilla del copiloto llamando inmediatamente la atención del maknae.

Jiho estaba pegado al cristal, mirando a Jimin. Él también se había convertido en un infectado.

«¿Cómo ha sucedido esto? ¿Acaso los han atacado?»

Jungkook sintió cómo se le contraía el estómago. Por alguna razón que no entendía le vino la imagen de la farmacéutica a la mente.

—¿Te han atacado o te has dejado morder?— preguntó mirando a la joven a los ojos.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora