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Jungkook estaba un poco inquieto, no podía dejar de mirar la espalda de Taehyung mientras bajaba por las escaleras con los demás. De camino a la casa de la montaña le contó que solo había matado a un infectado y ahora se iba a enfrentar a una veintena de ellos.

El maknae no dejaba de darle vueltas, estaba muy preocupado por él.

—Hyung— le agarró del brazo para detenerle —¿Seguro que quieres hacerlo?

—¿Es que no me crees capaz?— le preguntó girándose hacia él.

—No es eso, solo pienso que es muy peligroso.

—También lo es para Jimin y solo me lo estás diciendo a mí.

—Mi hermano ha practicado mucho con la katana, tú en cambio no has podido hacerlo todavía.

—¿Y por eso crees que voy a morir?

—No vas a morir, es solo que...

—Jungkook— le miró a los ojos —Sé que no he entrenado como vosotros pero eso no me convierte en un inútil. ¿Crees que mi hermano me dejaría salir si no me cree capaz de hacerlo?

—No— Jungkook estaba tan angustiado por su seguridad que no había pensado en eso —Yoongi hyung no te lo permitiría.

—Exacto— le agarró del moflete y tiró un poco de él —No te preocupes por mí, todo irá bien.

—¿Lo prometes?

—Claro— le soltó y sonrió —Pero solo si tú prometes ver una película clásica conmigo.

—¿Cómo de clásica?— frunció el ceño desconfiado.

—Muy vieja y en blanco y negro—Jungkook puso cara de asco y Taehyung se rió —¿Qué? ¿Aceptas o no?

—Acepto— suspiró —Solo ten cuidado, hyung.

—Lo tendré— Taehyung le dio unos golpecitos en el brazo —Que tierno te pones cuando te preocupas por mí.

—Eres mi amigo, es natural que me preocupe por ti— bajó unos escalones —Y no me pongo tierno. ¿Te dan comisión por decir tantas tonterías?

—¿Te dan comisión a ti por negar la realidad?— le siguió.

—Eres imposible— refunfuñó Jungkook.

Taehyung sonrió. Él también estaba inquieto por lo que les esperaba a todos pero no podía dejarse llevar por el miedo. Salir de Daegu fue difícil, llegar hasta la casa de la montaña incluso más, pero lo más duro de todo fue enfrentarse a los tres criminales que ahora se pudrían en el pozo.

Habían pasado por muchas situaciones peligrosas y esta solo era una más.


Yoongi estaba parado en la entrada, mirando cómo Jimin sacaba las armas del armario. No le hacía ninguna gracia tener que enviar a su hermano y a su novio hacia el peligro, pero en realidad no le quedaba de otra. Él solo no se podía ocupar de veinte infectados, si hubiera podido lo habría hecho sin arriesgar la vida de los suyos.

—Qué te pasa?— Jimin dejó las armas en el suelo —Y no me digas que no te pasa nada.

—Solo estoy preocupado— se acercó a él —Tengo miedo de que salga mal.

—Yo también estoy asustado pero podemos hacerlo.

—¿Y si falla algo?— preguntó nervioso —¿Y si me equivoco al elegir esta estrategia?

—Yoongi, mírame— Jimin se calló hasta que el chico le miró a los ojos —Todos estamos de acuerdo con este plan. Si algo falla lo arreglaremos sobre la marcha. No puedes agobiarte ahora, ¿vale? Te necesitamos.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora