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Jungkook suspiró decepcionado. La estación de servicios estaba completamente calcinada. El fuego había arrasado con todo, dejando un panorama desolador a su paso.

-Encontraremos otra- dijo Jimin intentando levantar el ánimo del grupo -Y si no encontramos otra gasolinera, siempre podemos cambiar de vehículo. Seguro que en el centro comercial hay un montón a nuestra disposición.

-¿Sabes hacer un puente, hyung?- le preguntó Jungkook un poco desmotivado.

-No...

-Entonces de nada nos sirve cambiar de coche- se cruzó de brazos -Dudo mucho que la gente se haya dejado las llaves puestas.

-Eso no lo sabes.

-No, no lo sé, pero la suerte no suele estar de nuestra parte.

-Podemos vaciar el deposito de un coche y llenar el nuestro- sugirió Yoongi mientras volvía a poner el vehículo en marcha -Ya lo he hecho varias veces.

-¿En serio?- Jungkook le miró con los ojos muy abiertos -¿Eso se puede hacer?

-Claro, solo hay que saber cómo hacerlo.

-Cariño, tienes talento para todo- le sonrió Jimin orgulloso.

-Bueno, se me da bien buscarme la vida- contestó con una sonrisa pícara.

-¿Qué quieres decir con eso?- Jungkook le miró con mucha curiosidad -¿Robabas gasolina?

-Solo digo que tengo talento para buscar soluciones en época de crisis- se encogió de hombros.

Jimin se rió y Yoongi se contagió con el sonido de su risa.

Era cierto que en más de una ocasión le había birlado la gasolina a algún rico en el barrio donde trabajaba. Lo dejó por miedo a ser pillado, pero en realidad se le daba francamente bien.

-¿Me enseñas?

El mayor miró a Jungkook a través del espejo retrovisor y asintió con la cabeza.

-A la vuelta te enseño.

Jungkook se echó satisfecho hacia atrás. Jimin se fijó en su hermano y luego en Yoongi; le encantaba ver lo bien que se llevaban.

A los diez minutos llegaron a su destino.

Yoongi paró el coche en lo alto de una cuesta, justo al lado de un roble. Lo primero que debían hacer era analizar la situación, ver cómo estaba el lugar, por dónde podían entrar y qué zonas tenían menos peligro.

Lo más inteligente era hacerlo desde una distancia prudente, por eso Jimin había elegido ese sitio.

Yoongi nunca había estado en esa zona del país por lo que no conocía el centro comercial a las afueras de Busan. Cuando lo vio ante él se quedó muy impresionado. Como la ciudad no era precisamente pequeña, esperaba ver una explanada amplia ante él, lo que no esperó fue encontrar un sitio tan moderno.

Había cinco edificios de siete plantas pegados los unos a los otros, en forma de parábola. Algunos de ellos tenían la fachada completamente acristalada, otros en cambio lucían un revestimiento de metal, lo que llamó mucho la atención del joven.

Varias ventanas estaban rotas, de algunas colgaban cortinas atadas las unas a las otras. La gente, presa del miedo y de la desesperación, debió intentar usarlas como cuerdas para huir del edificio. Por la altura era poco probable que hubieran sobrevivido a una caída.

Una hilera de árboles cubría el paseo de la entrada de forma horizontal, dibujando un bonito jardín de un lado a otro. Justo a la mitad se encontraba una fuente de piedra, con la figura de una sirena en el centro. Algunos infectados estaban dando vueltas dentro de la fuente.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora