Evanescente | ¹

25

Yoongi y Jimin llevaban más de una hora de camino. Durante el trayecto se cruzaron con seis infectados. El hermano de Taehyung se encargó de todos. Jimin quiso ayudarle pero no le dejó.

Yoongi buscaba esos enfrentamientos, era su manera de descargar la rabia que sentía por la muerte de Seokjin.

El joven de Busan también lo echaba de menos. Echaba de menos su alegría, su amabilidad y los chistes sin gracia que tanto le gustaban.

No habían vuelto a hablar sobre él porque dolía demasiado. Y si Jimin se sentía de esa manera sin apenas conocerle, no se podía ni imaginar por lo que estaba pasando Yoongi.

Miró al chico de Daegu de reojo. Caminaba en silencio a su lado. Jimin quería hablar con él pero no sabía qué decir. Habían pasado tantas cosas que si le hablaba sobre nimiedades temía recibir alguna mala contestación. Yoongi seguía muy serio y tampoco le conocía lo suficiente como para saber cuando debía abrir la boca y cuando no.

Así que decidió caminar a su lado en absoluto silencio. La caminata se le estaba haciendo pesada. Jimin tenía hambre pero lo que peor llevaba era la sed.

En mitad del camino se encontraron con un niño pequeño. Le faltaba la mandíbula y tenía una herida horrible en la pierna izquierda.

Jimin quedó impactado. Ver que la gente se había convertido en infectados era duro pero cuando se cruzaban con un niño, resultaba mucho más difícil.

-¡Yo me ocupo!

El menor observó cómo Yoongi se acercaba al pequeño. Cuando alzó la rama apartó la vista. Hasta ese momento había visto todo tipo de violencia. Se había obligado a mirar cuando Yoongi hacía lo que tenía que hacer pero en ese momento no pudo. Escuchó los golpes y se dio la vuelta. Miró a ver si venían más infectados pero el bosque estaba en calma.

-Sigamos.

-¿Estás bien?- preguntó el menor.

-Sí- mintió.

-No es cierto- dijo Jimin preocupado -No estás bien.

Yoongi parecía cansado y tenía la mirada perdida.

-Nunca pensé que tendría que matar a alguien y mucho menos a un niño, pero no hay opción. Esto es lo que hay que hacer para sobrevivir.

-¿De dónde sacas tanta fuerza, hyung?- Jimin también quería seguir vivo pero hacer lo necesario no era sencillo. Le impresionaba la fuerza de voluntad de Yoongi.

-De Tae. De Jin- hizo una breve pausa -Y de ti.

Tras decir eso retomó el camino. Jimin se quedó allí parado viendo cómo se alejaba.

¿Yoongi le había incluido en la lista? Entendía lo de su hermano, comprendía perfectamente lo de Seokjin, pero ¿por qué él?

Caminó a paso ligero para alcanzar a su amigo. Yoongi seguía teniendo la misma expresión seria. Pasaron al lado del cadáver del niño y Jimin lo ignoró como pudo. Siguieron por el camino sin decir ni una sola palabra. El rubio quería preguntarle muchas cosas pero no se atrevió.

A los quince minutos llegaron a su destino. Delante de ellos estaba la casa de la montaña.

Jimin tenía un poco de miedo de llegar y encontrarse con la casa destrozada o reducida a cenizas. El alivio fue inmenso al ver que todo estaba en orden.

Yoongi había cambiado su expresión. Parecía sorprendido por lo que tenía delante.

El menor se fijó en el coche que estaba aparcado de mala manera enfrente de la entrada. Le pareció extraño.