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Tristeza. Decepción. Ira. En ese orden brotaron las emociones en Jungkook.

Después de ponerse el pantalón del chándal y convencer a Jimin de que estaba bien para bajar por las escaleras sin ayuda, decidió ir a ver cómo seguía Hoseok.

Aunque no se llevaba bien con el pelirrojo tampoco le deseaba ningún mal. Lo menos que podía hacer un anfitrión era interesarse por el estado de sus invitados; sobre todo si su apellido era Park.

Lo que no esperó fue encontrárselo abrazando a Taehyung. Jungkook salió de allí lo más rápido que pudo o mejor dicho, lo más rápido que le permitió su pierna. Le había chocado mucho ver a ambos en un momento tan íntimo.

La tristeza se apoderó de su corazón pero con el paso de las horas la decepción fue comiendo terreno. Y es que el maknae no comprendía por qué Taehyung no había ido a verle.

Jungkook comió y cenó en su habitación, recibió visitas de Jimin, Yoongi, Eunha y Namjoon, sin embargo no recibió ninguna de Taehyung. Llevaba diez horas encerrado en su cuarto y su amigo no había aparecido por allí.

Eso provocó la ira.

Jungkook no buscaba agradecimiento, no buscaba una palmadita en la espalda por haber arriesgado su vida al matar a aquel engendro. Lo que quería era ver a Taehyung a solas, hablar y pasar tiempo con él.

Jimin subió varias veces a la habitación e intentó que bajase al salón para estar con los demás. Jungkook se excusó alegando que le dolía la herida y que estaba agotado, por lo que prefería quedarse en su dormitorio a descansar.

El rubio le hizo compañía y en dos ocasiones tocó el tema de su relación con Taehyung, pero el menor no quiso hablarlo. No después de verle con Hoseok, no después de sentirse abandonado e ignorado.

Jungkook miró hacia el reloj de la mesilla. La aguja marcaba las diez de la noche y su enfado no podía alcanzar un mayor grado.

En el bosque sintió un acercamiento al ver cómo Taehyung se preocupaba por él, sin embargo toda su atención había ido a parar a Hoseok y eso le estaba carcomiendo por dentro.

—Hoseok no hizo nada pero está con él. ¡A la mierda! ¡Si él no se preocupa por mí, entonces yo no voy a gastar ni un solo pensamiento más en él!— se levantó de la cama con la intención de irse a dormir.

Justo en ese instante se abrió la puerta de la habitación. Para sorpresa del maknae, Taehyung entró en el dormitorio.

Sus miradas se cruzaron durante unos pocos segundos. El hermano de Yoongi parecía de buen humor, le miró con cariño y hasta le dedicó una sonrisa genuina. Jungkook en cambio no movió ni un músculo de la cara.

—Hola. ¿Cómo te encuentras?

El maknae cojeó hacia el cuarto de baño sin inmutarse.

—¿Jungkook...?

El mencionado dio un portazo, eso descolocó completamente al mayor. Taehyung se apresuró en seguirle. Lo encontró delante del ventanal del cuarto de baño.

—¿Qué sucede?— preguntó un poco inseguro —¿Estás enfadado conmigo?

—¿Qué haces aquí?— sonó más a un reproche que a una pregunta.

—Pues...— Taehyung se acercó un poco —Quería verte.

—Es tarde.

—Lo sé. He estado...

—Ocupado con Hoseok, ¿no?— Jungkook pasó de los honoríficos. En ese momento le importó una mierda que fuese mayor —Puedes volver con tu novio— resaltó la última palabra con desagrado.

Evanescente | ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora